MANILA.- “Terrorista de día y playboy de noche,” ese es el perfil que atribuye la policía filipina al pakistaní Jalid Sheij Mohamed, que estuvo en Filipinas a mediados de la pasada década, antes de organizar los atentados del 11-S, como confesó esta semana en la base de Guantánamo.
Según publican hoy los medios locales, citando a la policía, Mohamed era un habitual de la noche de Manila, donde frecuentaba los locales de copas presentándose como un rico jeque.
De acuerdo con el rotativo “Philippine Daily Inquirer,” Mohamed cortejó en ese tiempo, sobre 1994, a una dentista filipina a la que intentó impresionar volando en un helicóptero alquilado sobre la clínica de Manila donde tenía la consulta.
La policía local asegura que Mohamed viajó por vez primera a Manila en 1993, después del ataque contra el “World Trade Center,” en compañía de un sobrino, Ramzi Yousef, hoy encarcelado por esos hechos en una prisión de EE.UU.
Entre 1993 y 1994, ambos se habrían dedicado a experimentar con una “bomba líquida” cuyos resultados probaron en al menos cinco explosiones, cuatro en zonas populares de Manila, y una en la ciudad de Cebú (centro del archipiélago).
La fuente señala que la “prueba” más sangrienta fue efectuada en diciembre de 1994 en un avión de “Philippine Airlines” con destino a a Narita (Japón), que se saldó con la muerte de un pasajero y heridas a otros cinco.
La policía afirma que hasta el 2000 el líder de Al Qaeda siguió entrando y saliendo de Manila, donde había establecido una oficina comercial como pantalla para sus operaciones terroristas.
Ello pese a que en 1995 la policía halló en un apartamento alquilado por Yousef en Manila material químico para la fabricación de bombas y documentos electrónicos sobre la “Operación Bojinka,” un supuesto plan para hacer estallar explosivos de forma simultánea en distintos aeropuertos internacionales.