MÉXICO.- No son cónyugues sino convivientes, ni el acto fue un matrimonio, sino una unión civil, pero Antonio Medina, periodista, y Jorge Cerpa, economista, se declararon "felices y con derechos" este viernes tras ser la primera pareja del mismo sexo que firmó un contrato de "sociedad de convivencia", en la Ciudad de México.
"Este día se concreta un anhelo de todo un sector social, la comunidad lésbico-gay, transexual y transgénero, que históricamente ha sido excluida de derechos elementales", dijo tras el evento Antonio ante dos centenares de invitados y una nube de periodistas.
Cuatro meses después de ser aprobada por la Asamblea Legislativa local, entró en vigor la Ley de Sociedades de Convivencia de la Ciudad de México, que se convierte en la segunda capital latinoamericana, después de Buenos Aires, en reconocer legalmente las uniones homosexuales.
Con la connivencia de los contrayentes, el economista y el periodista activista de los derechos de gays y lesbianas, la delegación de Iztapalapa (este de la capital), donde tuvo lugar la unión, convirtió el acto en un acontecimiento mediático y una celebración de lo que es un pirmer paso para igualar los derechos de los homosexuales a los de los heterosexuales.
La firma del contrato tuvo lugar en una carpa con sillas para 400 personas instalada frente a las oficinas del municipio, que programó para después un concierto al aire libre del grupo Maldita Vecindad abierto para todos los vecinos.
La trascendencia de la nueva figura legal para gays y lesbianas y el despliegue de medios contrastó con la sobriedad del acto, meramente administrativo, en el que Antonio y Jorge, de traje y con aire nervioso, manifestaron su conformidad con la unión en sociedad.
La nota de color la dieron un conjunto de cuerda y una soprano que interpretaron temas como "Somos novios" o "Bésame mucho" y los familiares y amigos de los nuevos "convivientes", que animaron la firma con aplausos, gritos de "Sí se pudo" y agitando banderas del arco iris, emblema de los movimientos homosexuales.
Tras la firma, Antonio y Jorge, ya más sonrientes, tuvieron que repetir varias veces el tradicional beso para decenas de fotógrafos y cámaras, fueron bañados con pétalos de rosa y recibieron rosas y lirios blancos de sus allegados.
Entre los invitados, había parejas de hombres o mujeres ya registradas para "convivenciarse" y activistas y políticos de los estados de Coahuila (norte), el primero del país donde se aprobaron uniones homsexuales, en noviembre, y de Chihuahua (norte), donde se tramita la que será probablemente la siguiente ley similar.
Esta figura legal otorga a los contrayentes una serie de derechos hasta ahora retaceados a las parejas homosexuales como el de sucesión, de tutela y de pensión alimentaria (en caso de disolución de la sociedad).
"Este es un primer gran paso, la Ley de Sociedades de Convivencia todavía requiere algunas adecuaciones para que pudiera ser homologable al matrimonio heterosexual", proclamó Antonio, que lleva años luchando por la equiparación de derechos.