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Clausuran en Argentina taller clandestino donde funcionó centro de torturas

El edificio, en el barrio porteño de Flores, fue allanado y clausurado el viernes por inspectores de la Dirección General de Protección del Trabajo del gobierno porteño. El taller estaba a cargo de una pareja de bolivianos que explotaba a sus conciudadanos.

31 de Marzo de 2007 | 16:56 | AFP

BUENOS AIRES.- Un taller textil clandestino donde vivían  y trabajaban una veintena de ciudadanos bolivianos, en el mismo local donde  funcionó un centro de detención y torturas de la última dictadura (1976-1983),  fue clausurado por autoridades de Buenos Aires, informó este sábado la prensa  argentina.


"Automotores Orletti" es recordado como el sitio donde fueron llevados desaparecidos de origen uruguayo, entre otras nacionalidades, en el marco del  Plan Cóndor de coordinación represiva de las dictaduras del Cono Sur.


El edificio, en el barrio porteño de Flores, fue allanado y clausurado el  viernes por inspectores de la Dirección General de Protección del Trabajo del  gobierno porteño.
Según el diario Página/12, el taller estaba a cargo de una pareja de  bolivianos, Roger y Graciela Quispe, que explotaba a sus conciudadanos.


El taller estaba ubicado en la misma planta y en la habitación que servía  como sala de torturas en el centro de detención. Allí vivían unos 20 ciudadanos bolivianos, cinco de ellos menores, hijos de  los empleados. Según los testimonios, los trabajadores cumplían jornadas de trabajo de 16  horas por un sueldo miserable y vivían en el lugar en condiciones insalubres.


El procedimiento fue encabezado por el subsecretario de Trabajo, Ariel  Lieutier, quien explicó que habían recibido "una denuncia muy detallada sobre  las actividades ilegales que se realizaban en ese lugar", por lo cual se  decidió el operativo.


El lugar está compuesto por cinco habitaciones y una cocina y todas las  puertas conservan todavía barrotes de hierro, como en una cárcel, aunque el  responsable del taller negó que se mantuvieran cerradas.


En los ambientes más grandes se encontraron una decena de máquinas de coser  y allí se confeccionaban pantalones, camisas, polleras y camperas en principio  para la marca Modas Lim, propiedad de un ciudadano coreano, se informó.


Según las autoridades, en ese barrio hay "varios talleres de este tipo, que  se han ido mudando después de la movilización que se produjo a partir de la  tragedia", en alusión a un incendio que hace un año destruyó un taller  clandestino, donde murieron dos adultos y cuatro niños, todos oriundos de  Bolivia.



 

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