BUENOS AIRES.- El rompehielos argentino ’Almirante Irízar’ arribó la noche del viernes a la Base Naval de Puerto Belgrano, en la provincia de Buenos Aires, luego de vivir una odisea por un incendio desatado a bordo que forzó la evacuación de 300 personas en alta mar hace diez días.
Lentamente, el enorme navío se aproximó a tierra, transportando al capitán Guillermo Tarapow y 30 técnicos de la Armada (Marina), que saludaban a familiares y al público haciendo girar en círculos la luz de sus linternas para precisar dónde se encontraban, ya que no había electricidad a bordo.
"Ciento por ciento de la tripulación a salvo y 85% del buque a salvo", informó el capitán, vestido con uniforme de fajina y con una mano vendada, al llegar a tierra y dar el parte al jefe de la Armada, almirante Jorge Omar Goody, según imágenes transmitidas por el canal de televisión Todo Noticias.
"Hemos arrebatado el 85% del buque de un final casi inevitable. Esto ha sido una epopeya y en estos días hubo cientos de héroes. De ello se van a dar cuenta cuando se sepa la magnitud de lo sucedido", enfatizó Tarapow a los periodistas.
"Defendimos en buque porque lo amamos", dijo, y agradeció muy especialmente a la tripulación de los tres barcos que participaron en el rescate de los náufragos, un petrolero de bandera panameña y dos pesqueros, entre ellos uno uruguayo.
Posteriormente, Tarapow se fundió en un abrazo con su mujer, sus cuatro hijos y sus padres.
El público aplaudió y saludó con vítores a los marinos, según imágenes de Todo Noticias, que permitían observar una gran parte del rompehielos ennegrecida por las llamas.
Después de intentar infructuosamente controlar el siniestro desatado en la zona de las máquinas la noche del martes, el capitán ordenó la evacuación de los 300 tripulantes y pasajeros en balsas de goma en las frías aguas del Atlántico Sur.
Tarapow se quedó en el barco hasta que las condiciones climáticas, habitualmente difíciles en la zona, permitieron que se acercaran embarcaciones con técnicos de la Armada.
Los náufragos fueron rescatados el miércoles tras varias horas a la deriva.
El Irízar fue trasladado a la Base General Belgrano por un remolcador privado y un buque de la Armada.
El barco había partido de Ushuaia, la ciudad más austral del planeta, rumbo a la capital argentina tras su campaña de verano en la Antártida, donde permaneció cuatro meses en tareas de reabastecimiento a las bases argentinas.
Construido en Finlandia, el Irízar presta servicios a Argentina desde 1978 y en 1982 fue buque hospital durante la guerra de las Malvinas.