BRASIL.- Unos 5.000 efectivos de cuatro fuerzas de seguridad custodiarán la semana próxima al Papa Benedicto XVI durante su visita a Brasil, en un inédito operativo que será mayor al montado en marzo para proteger en Sao Paulo al presidente de Estados Unidos, George W. Bush.
"El operativo de seguridad será mayor al hecho durante la visita de Bush por una razón: el número de personas que asistirán a los eventos del Papa será mucho mayor", explicó a Reuters el coronel César Augusto Moura, portavoz del Comando Militar Sudeste del Ejército de Brasil, encargado del plan de custodia.
Se espera que más de 1 millón de fieles acudan a las misas que el Pontífice oficiará en Sao Paulo y Aparecida, las ciudades brasileñas que Benedicto XVI visitará entre el 9 y el 13 de mayo.
Miembros del Ejército de Brasil, la Policía Federal, la Policía Militar y la Guardia Metropolitana de Sao Paulo protegerán al Papa en sus desplazamientos.
La Guardia Suiza Pontificia, el Cuerpo de Bomberos y la policía caminera también participarán del operativo de custodia, informó Moura.
En sus traslados en Brasil, el Pontífice utilizará helicópteros, automóviles y dos papamóviles, los tradicionales vehículos blindados usados por la máxima autoridad de la Iglesia Católica en sus viajes por el mundo.
La oficina de prensa montada para informar sobre la visita del Pontífice a Brasil, la primera a América Latina en dos años de papado, informó que la Policía Federal brasileña se encargará de la seguridad más próxima al Papa, tarea que compartirá con la fuerza de seguridad del Vaticano.
El papamóvil será custodiado por aire por la Policía Federal y todas las vías que utilice Benedicto XVI en sus movimientos por Brasil serán cerradas.
Bush, quien visitó Brasil en marzo como parte de una gira por varios países latinoamericanos, fue custodiado por unos 3.000 agentes.
Benedicto XVI inaugurará el 13 de mayo en la pequeña localidad de Aparecida, a unos 160 kilómetros de Sao Paulo, la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe.
Previamente oficiará misas en Sao Paulo, donde mantendrá encuentros con la representantes de la juventud católica de Brasil y con el presidente del país, el ex sindicalista Luiz Inácio Lula da Silva.