LONDRES.- Una exploradora británica que se enfrentó a las más duras condiciones meteorológicas en su intento de convertirse en la primera mujer en llegar a pie sola al Polo Norte se ha visto obligada a abandonar por razones ajenas a su voluntad.
Rosie Stancer, de 47 años, vecina de Barnes, una localidad al suroeste de Londres, arrojó finalmente la toalla cuando estaba a sólo 140 kilómetros de su meta, según informa hoy el diario "The Times".
La británica arrastró durante los seis meses que duró su caminata, a veces hasta quince horas al día y en condiciones de mínima visibilidad, el trineo en el que transportaba su suministro.
El lunes de esta semana, tuvo que renunciar a su intento después de que los pilotos del avión canadiense que la proveían de alimentos y combustible advirtieran de que tal vez no podrían aterrizar para recogerla, una vez alcanzado el Polo, debido al empeoramiento de las condiciones atmosféricas.
Stancer, una exploradora veterana con más de nueve años de experiencia de viajes polares, dijo que no se imaginó nunca que su aventura iba a resultar tan difícil, y dijo que en ocasiones se había visto obligada a saltar entre trozos de hielo con su trineo como "una rana histérica".
Según "The Times", la británica estaba confiada en que podía alcanzar la meta, pero dependía de los pilotos del avión canadiense, que consideraron muy peligroso continuar los aterrizajes en la masa de hielo.
Pen Hadow, la primera persona que consiguió llegar sola y sin apoyo al Polo Norte, alabó el valor de la aventurera y el hecho de que, cuando sólo le quedaban algunas jornadas para realizar su sueño, hubiese antepuesto a su ambición personal "la seguridad del equipo aéreo de apoyo".