Un EE.UU. más conciliador sobre el clima intenta calmar a Rusia en el G8

HEILIGENDAMN.- El clima diplomático del G8 parecía despejarse este jueves en Heiligendamm (Alemania), donde Estados Unidos trató de apaciguar la tensión con Rusia y habló de "encabezar" una iniciativa contra el calentamiento global, para regocijo de los demás miembros.

Entretanto, al menos mil manifestantes seguían apostados en las inmediaciones de la barrera de seguridad que impide el acceso al edificio donde están alojados los líderes de los ocho países más industrializados, afirmó la policía.

Unos 16.000 miembros de las fuerzas de seguridad alemanas vigilan por tierra, mar y aire a los militantes, cuyo objetivo es bloquear el acceso a Heilingendamm.

Cuando faltaban apenas unas horas para una reunión crucial entre el Presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo estadounidense, George W. Bush, éste intentó calmar a Rusia, diciéndole que su proyecto de extender su escudo antimisiles en la República Checa y en Polonia no era un motivo para alarmarse y le invitó a enviar a sus generales a Estados Unidos para que lo comprobaran por sí mismos.

Este plan "no es algo por lo que tengamos que sofocarnos demasiado", declaró Bush al término de un encuentro con el Primer Ministro británico, Tony Blair.

"Es importante que Rusia y los rusos entiendan que en mi opinión la guerra fría ha terminado, que Rusia no es un enemigo de Estados Unidos", agregó.

La escalada verbal a raíz de este tema y del estado de la democracia rusa entre las dos grandes potencias, en los últimos días, ha traído aires de guerra fría a este balneario situado a orillas del mar Báltico, donde los líderes de ambos países han tratado de matizar sus palabras.

Pero además, Estados Unidos, que advirtió el miércoles que no apoyará un compromiso global en cifras sobre el clima, dio un paso al frente tímido pero en la dirección de los objetivos de la presidencia alemana del G8.

"Estados Unidos participará activamente, si no es que se pone a la cabeza de un marco, de un acuerdo para suceder a Kioto", anunció Bush, cuyo país no ha ratificado el Protocolo de Kioto para la emisión de gases de efecto invernadero.

"Nuestro papel es tender un puente entre los pueblos de Europa y los otros como India o China. Si queremos que estén en la mesa de negociaciones, es importante que les demos la posibilidad de fijar un objetivo global", sostuvo.

Blair se congratuló por estas declaraciones que calificó de "acercamiento muy significativo sobre la necesidad de reducir de forma sustancial las emisiones" de CO2.
Los vientos soplan a favor de Alemania este jueves.

Según fuentes de la delegación alemana, Estados Unidos se está orientando hacia una aceptación de un acuerdo en el marco de Naciones Unidas, cuya necesidad ponía en entredicho hasta hace poco.

Por la tarde los líderes del G8 tratarán en sesión plenaria el problema del calentamiento climático.

Pero hay otros temas de interés en esta jornada. En Heiligendamm, los líderes del Club de los Ricos intentarán consensuar sus puntos de vista con respecto a la ayuda financiera a Africa.

Y, en Berlín, lejos de este acogedor balneario, Brasil, México, China, India y Sudáfrica, en representación de los países emergentes, aunarán posiciones un día antes de asistir como invitados al diálogo ampliado del G8.

En su programa de radio semanal, el presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva abogó el lunes por la "unión" para recordar a los países ricos que no se pueden conseguir acuerdos comerciales o políticos si ignoran sus voces.

Tanto México como Brasil llegan al G8 con dos asuntos prioritarios: la lucha contra el calentamiento global y las negociaciones de la Ronda de Doha en el marco de la Organización Mundial del Comercio para la liberalización del comercio mundial.