ATLANTA.- Barómetros, relojes de pared, espejos y lámparas antiguas pueden contener mercurio, que puede ser liberado al medio ambiente por roturas, advierten los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Atlanta, en Estados Unidos, en un informe semanal publicado hoy.
Los péndulos de los relojes de pared y de pie de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX podían tener ocasionalmente mercurio en el cilindro de vidrio, dice el reporte.
Entre los siglos XVI y XIX, los espejos eran elaborados con una fina capa de amalgama, un 75 por ciento de zinc y un 25 por ciento de mercurio. Por otra parte, algunas lámparas y vasijas antiguas tienen mercurio en el pie, como peso para mejorar la estabilidad.
Con el paso del tiempo, este elemento químico puede filtrarse por fisuras o roturas, advirtieron los CDC. Así, sin querer, el mercurio puede ser diseminado a otros sectores de la casa.
Altas dosis de vapor de mercurio pueden causar daños pulmonares, náuseas, vómitos y diarrea, además de alta presión, eccemas en la piel y problemas oculares, advirtieron los expertos en salud.
Las personas expuestas durante largo tiempo a altas dosis de vapor de mercurio pueden sufrir daños mayores en los riñones y el cerebro.
En general, quienes sufren mayor riesgo son los fetos, los bebés y niños, que aún no tienen totalmente desarrollado su sistema nervioso, así como las personas enfermas con las defensas inmunológicas bajas.
El informe de los CDC recomienda a los dueños de antigüedades revisarlas cuidadosamente y, en caso de ser necesario, someterlas a un examen de expertos.