GINEBRA.- La ONU alertó hoy de que la malnutrición ha alcanzado un nivel “alarmante” en los campos de refugiados de Kenia y apeló a la comunidad internacional para que aporte de forma urgente 32 millones de dólares para combatir esta crisis humana.
El Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) hicieron un llamamiento conjunto para recabar fondos para los miles de refugiados, en su mayoría de Somalia y Sudán, que viven en los campos de Daddab y Kakuma, ambos en el noreste del país.
La portavoz del PMA en Ginebra, Christiane Berthiaume, explicó hoy en rueda de prensa que en esos campos “no sólo hay un problema de malnutrición, sino que también hay déficit de higiene, agua potable y asistencia sanitaria.”
Pese a que el PMA ya ha recibido hasta ahora el 85 por ciento de los fondos solicitados, “si las otras agencias no reciben los recursos suficientes, la operación de asistencia humanitaria no funcionará,” agregó.
Por su parte, la portavoz de UNICEF Miranda Eeles explicó que el porcentaje de malnutrición asciende al 22,2 por ciento de la población de Daddab, donde viven alrededor de 175.000 refugiados, de los que 35.000 son niños que no superan los cinco años.
El porcentaje es algo menor en el campo de Kakuma (15,9 por ciento), en el que se refugian 62.000 personas y en el que los niños de menos de cinco años representan el 10,5 por ciento.
En ambos campos se han detectado en el último año distintos casos de cólera, así como también de polio, una enfermedad que no se había registrado en los últimos veinte años en la zona, explicó la portavoz de UNICEF.
La situación de los campos ha empeorado tras la llegada en 2006 de alrededor de 34.000 refugiados que huían del conflicto de la vecina Somalia y de los destrozos y desplazamientos internos que causaron ese mismo año unas intensas inundaciones.
Eeles detalló que los campos se encuentran en el noreste del país, en una zona “semidesértica,” por lo que los refugiados tienen pocas oportunidades de encontrar medios de supervivencia.
Además, el Gobierno de Kenia no permite a los refugiados buscar trabajo en los alrededores del campo, ni cultivar la tierra, por lo que “dependen prácticamente en su totalidad de la ayuda de la ONU y las organizaciones no gubernamentales,” señaló la portavoz de ACNUR, Jennifer Pagonis.