MOSCÚ.- La Fiscalía General de Rusia ha rechazado la petición británica sobre la extradición del antiguo agente secreto y empresario ruso Andréi Lugovói, reclamado como presunto autor del asesinato en Londres del ex espía ruso Alexander Litvinenko, según "fuentes bien informadas” citadas hoy por la agencia Interfax.
Esas mismas fuentes señalaron que la comunicación oficial del rechazo de la solicitud de extradición ya ha sido enviada a Londres.
Añadieron que la decisión de la Fiscalía General se basa en el precepto constitucional que prohíbe la entrega de ciudadanos rusos a otros países.
La Fiscalía de momento no ha confirmado ni desmentido la información difundida por Interfax.
El 28 de mayo pasado, Londres pidió Moscú la extradición de Lugovói después de que la Fiscalía británica informase de que había pruebas suficientes para acusar al ex agente ruso del asesinato de Litvinenko.
Antiguo espía del Servicio Federal de Seguridad (ex KGB), Litvinenko murió el 23 de noviembre de 2006 en el hospital University College de Londres por una dosis de radiación con polonio-210.
El ex espía enfermó el 1 de noviembre de 2006, el día en que se reunió con Lugovói y otro ciudadano de Rusia, Dimitri Kovtun, en el hotel Millennium de la capital británica, donde tomó una taza de té.
Varias personas que trabajaban en el hotel Millennium dieron positivo en unas pruebas de radiación.
En una carta póstuma, Litvinenko aseguró que el Kremlin estaba detrás de su asesinato por haber acusado a los servicios secretos rusos de causar una serie de explosiones en un edificio de Moscú en 1999 para ayudar a Vladímir Putin a llegar a la Presidencia.
Lugovói, quien niega toda implicación en la muerte del ex espía ruso, ha denunciado que Litvinenko trabajaba para el servicio secreto británico MI-6, que éste intentó reclutarlo a él mismo.
"De hecho, los ingleses me propusieron reunir información comprometedora sobre el presidente (Putin y los miembros de su familia,” dijo en una rueda de prensa Lugovói, quien afirmó que Borís Berezovski, magnate ruso exiliado en Londres, también trabaja para los servicios secretos británicos.
A raíz de esas declaraciones del principal sospechoso en el caso Litvinenko, el Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) de Rusia incoó una causa penal por espionaje.