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Santiago: Sábado 23 de noviembre del 2024 | Actualizado 08:30
LONDRES.- Los padres de Madeleine McCann, la niña británica de cuatro años desaparecida desde el pasado 3 de mayo en el sur de Portugal, fueron blanco de una campaña de ataques y críticas por Internet por haberla dejado sola la noche en que fue secuestrada.
El periódico local de los McCann, el Leicester Mercury, prohibió que se publicaran comentarios y respuestas de lectores a artículos sobre la desaparición de Madeleine, ya que contenían ataques "muy agresivos y difamatorios" contra los padres Gerry y Kate.
El sitio web del diario recibió cientos de mensajes en contra de la pareja, a quienes culpan directamente por la desaparición de la niña.
Madeleine McCann desapareció hace 84 días cuando dormía en la habitación del hotel Ocean Club de Praia da Luz, en el Algarve portugués, mientras sus padres cenaban en un restaurante de tapas aledaño.
La niña se encontraba en la habitación durmiendo junto a sus dos hermanos, los mellizos Sean y Amelie, de dos años.
Muchos de los mensajes de lectores pidieron a la Policía británica que incrimine a los McCann por negligencia.
Esta semana, Gerry McCann, que viajó a Estados Unidos para publicitar la campaña de búsqueda de su hija, fue acusado por un comentarista de la cadena ABC de ser responsable del secuestro de la niña.
Por su parte, el médico inglés, especialista en cardiología, calificó las acusaciones en su contra de "dolorosas y que no ayudan en nada".
Gerry, de 39 años, dijo que no cree que él y su esposa hayan hecho nada mal, y dijo que los verdaderos criminales "fueron los que se llevaron a mi niña". En ese sentido, la Fiscalía británica desestimó cualquier posibilidad de inculpar a los McCann por la desaparición de Madeleine.
Mientras, la investigación policial en Portugal parece haber quedado estancada por testimonios contradictorios de algunos testigos claves de la causa, que habían señalado en un principio como responsable del secuestro al único sospechoso del caso, al británico Robert Murat, de 33 años.
La Policía de Praia da Luz considera que la niña sigue viva en Portugal, y habría sido víctima de una banda criminal de robo de niños.
