PISCO, Perú.- Decenas de damnificados desesperados por la escasez de agua y alimentos saquearon esta mañana dos camiones con víveres que se dirigían a la ciudad de Pisco, reportaron hoy viernes radios locales.
Los camiones fueron asaltados por pobladores que bloquearon la carretera Panamericana sur a la altura del km 230, cuando se acercaban a la base aérea de Pisco, punto de acopio de la ayuda humanitaria para los damnificados del terremoto.
La población justificó su actitud violenta alegando la lentitud de las autoridades de la Defensa Civil para distribuir vituallas y carpas.
Los choferes de los camiones no opusieron resistencia ante la determinación de los damnificados, entre quienes se habían mezclado vándalos, señaló un poblador.
El asalto se produjo a menos de 200 metros del local de una comisaría del barrio de San Clemente en Pisco, cuyo personal no intervino. Pisco fue destruída casi en su totalidad por el terremoto de 8 grados en la escala Richter de la noche del miércoles.
Llamado a la calma
Las principales radios peruanas lanzaron desde Lima un llamado a la calma a los damnificados, instándolos a organizarse para recibir la ayuda.
Extraoficialmente se estima que la cifra de damnificados en las ciudades de Ica, Cañete, Chincha y Pisco fluctúa entre 60.000 y 200.000 personas de acuerdo con versiones de prensa ante la falta de información oficial.
Otro intento de saqueo en camiones de ayuda se registró horas despúes en el km 297 de la Panamericana, cerca de Ica, otra de las ciudades muy afectadas por el sismo.
La cifra oficial de muertos de la Defensa Civil se elevó a 437, pero el cuerpo de bomberos maneja la cifra de más de 500 muertos.
La escasez de agua y alimentos y la falta de medicinas y carpas se convirtieron en las mayores urgencias de los damnificados, en momentos en que el gobierno hace esfuerzos para afrontar la emergencia debido a los cortes de ruta terrestre.
La falta de agua sobre todo agudizó el drama de los miles de damnificados de las localidades de Ica, Pisco, Chincha y Cañete, que durmieron por segundo día al aire libre rodeados de los escombros de sus viviendas.