LIMA.- Socorristas apuraban este sábado actividades en busca de sobrevivientes, pero también de cadáveres ante el temor que comiencen a descomponerse y puedan provocar epidemias en las ciudades más afectadas por el fuerte sismo del miércoles en el sur de Perú, que dejó unos 500 muertos.
Desde tempranas horas rescatistas peruanos y españoles trabajan en diversas zonas removiendo escombros, apoyados por la policía, en la provincia de Pisco, la ciudad más afectada por el terremoto, informaron el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) y los Bomberos.
En la iglesia de San Clemente, donde fue rescatado sano y salvo un sacerdote que oficiaba una misa de difunto cuando comenzó el temblor, fueron rescatados 120 cadáveres, señaló Indeci.
Según el sacerdote José Torres, rescatado de los escombros, había unas 300 personas al interior de la iglesia durante la misa, pero muchos lograron salir despavoridos cuando se apagó la luz y cayeron las paredes debido al fuerte movimiento.
Grupos de socorristas de emergencia de España y sus ocho perros entrenados para olfatear personas vivas recorren este sábado la zona devastada en la ciudad de Pisco.
Asimismo, los bomberos informaron que la mayoría de las tuberías de desagüe se encuentran en mal estado, que podrían colapsar y reventar provocando focos infecciosos.
Este sábado un equipo de especialistas recorrerá la ciudad para detectar lo puntos neurálgico de la red de desagüe para comenzar a trabajar y evitar un problema más a la ciudad, informó un vocero del Ministerio de Vivienda.
En tanto, el Ministerio Público a fin de evitar que los cadáveres continúen en las calles por la demora en entrega del certificado de defunción, ordenó la presencia de 60 fiscales y médicos legistas en la zona del desastre, quienes elaboraron las actas de levantamiento de cadáveres.
La Fiscal de la Nación, Adelaida Bolívar, informó que hasta el momento se ha identificado a unas 486 víctimas del sismo, de las cuales ya se entregó el certificado a sus familiares.
De ese total, 335 pertenecen a Pisco, 75 a Chincha, 65 a Ica, 5 a la provincia limeña de Cañete y 6 a la provincia constitucional del Callao.
El presidente Alan García aseguró que el gobierno cumplió con traer ataúdes suficientes y son entregados gratuitamente a los familiares de las víctimas.
De tal manera, el viernes en Pisco empezaron los entierros en medio de profundas muestras de dolor, pero los familiares se dieron con la ingrata sorpresa de que no había suficientes nichos.
La presidenta de la Beneficencia Pública, Luz Amparo Vásquez, dijo que hay un cronograma de sepelios que deberá respetarse tras indicar que los nichos son regalados por el Estado.
"Pero ante la falta de espacio, se improvisarán tumbas en la tierra. Los sepultureros tampoco son suficientes. Esa labor es cubierta por los familiares de los fallecidos", agregó.
El presidente García anunció el viernes que el gobierno contratará a miles de pobladores, especialmente jóvenes de Pisco, Chincha e Ica para que recojan el desmonte y ayuden en la limpieza a fin de evitar que se formen focos que puedan provocar a la población enfermedades de piel, estomacales, bronquiales, entre otros.