LONDRES.- Cientos de seguidores de la princesa Diana de Gales se acercaron hoy al palacio de Kensington, en pleno centro de Londres, para recordarla a diez años de su muerte.
Las rejas de la última residencia donde vivió la princesa estaban cubiertas hoy con ramos de flores, cartas, fotos y tarjetas de recuerdos, en tanto que al perímetro del palacio se acercaban británicos a rendirle tributo a la "princesa de corazones".
Eileen Neathey, oriunda de Harefield, oeste de Londres, fue una de las primeras en llegar al lugar. "Vine a rendirle tributo a mi princesa, alguien que nos enseñó mucho sobre la compasión", declaró la mujer, de 56 años.
"Ella fue muy humana, nos entendía muy bien. Sufrió mucho en vida, y por eso era así de comprensiva con todos", agregó.
Para Neathley, muchos británicos quieren "saber la verdad" acerca de cómo murió la princesa."Han pasado ya diez años y aún no sabemos cómo o por qué murió. Tenemos que llegar al fondo del asunto", continuó la seguidora de Diana.
Margaret Tyler, de 53 años, y considerada una de las primeras británicas en contar con una de las colecciones más completas de memorabilia de Diana en su vivienda, también se acercó al palacio de Kensington.
"Ella era una persona tan especial, tan dadivosa y con sentido común. La seguimos extrañando como desde el primer momento que nos enteramos de su muerte", dijo Tyler.
Además de flores, tarjetas y fotos, había banderas británicas del Union Jack, con las inscripciones "Te Extrañamos Diana" y "Diana Forever" (Diana para Siempre).En tanto, varios cientos de libros de condolencias por la muerte de Diana y su pareja Dodi Al Fayed fueron llenados en una década en la tienda londinense Harrods, informó hoy un vocero de esa cadena.
De acuerdo al portavoz, cada semana se completa un libro de condolencias. Harrods hoy izó a media asta dos banderas británicas del Union Jack, en señal de respeto por los diez años de la muerte de la princesa y su pareja.
A las 11 locales, el dueño de la tienda y padre de Dodi, el egipcio Mohamed Al Fayed, rindió homenaje con dos minutos de silencio y la colocación de un ramo de flores en una capilla ardiente construida dentro de Harrods.