ESTOCOLMO.- El ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore y el presidente del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, el indio Rajendra Pachauri, son los favoritos en los pronósticos para el Premio Nobel de la Paz, que se falla mañana en Oslo, con la lucha contra el cambio climático como tema central.
La actualidad de las cuestiones relacionadas con el clima y la flexibilidad mostrada por el Comité Nobel de Oslo en los últimos años a la hora de fijar los criterios para elegir a los premiados, juegan a favor de Gore y Pachauri.
En su testamento, Alfred Nobel, el creador de los premios, dejó escrito que el de la Paz debía reconocer a personas que contribuyeran a fomentar la fraternidad entre las naciones, la reducción de armamento y la promoción de la paz.
Pero el Comité Nobel ha optado en tiempos recientes por incluir otros méritos, como la lucha por el medio ambiente -la keniana Wangari Maathai (2004)- o contra la pobreza -el bangladeshí Mohamed Yunus y su banco de microcréditos Grameen Bank (2006)-, que no han escapado a las críticas de quienes defienden una interpretación más ortodoxa.
Su papel en el documental "Una verdad incómoda" ("An Inconvenient Truth"), que ha difundido por todo el mundo, intentando situar los problemas medioambientales en la agenda política internacional, son el mejor aval de Gore.
El tercer nombre que suena con fuerza, y que nada tiene que ver con las preocupaciones sobre el clima, es el de la polaca Irena Sendler, que durante la Segunda Guerra Mundial y la ocupación de Polonia por los nazis salvó a cientos de niños judíos.
La lista de nominados se mueve en el terreno de la especulación, pues lo único que confirma el Instituto Nobel de la Paz de Oslo es el número de candidaturas, que este año asciende a 181, de las que 47 corresponden a organizaciones y el resto, a individuos.
Sólo se sabe si un organismo o persona ha sido nominado si quienes han presentado su candidatura -parlamentarios, antiguos ganadores- lo hacen público, como en el caso del Presidente de Bolivia, Evo Morales, a quien ha avalado el argentino Adolfo Pérez Esquivel, Nobel de la Paz en 1980.
La candidatura de Morales cuenta con el respaldo de grupos indigenistas, organizaciones sindicales y campesinas, partidos de izquierda y personajes de varios países, entre ellos, las Madres de la Plaza de Mayo, de Argentina.
La activista inuita canadiense Sheila Watt-Cloutier, el ex Presidente de Finlandia y enviado especial de la ONU para Kosovo, Martti Ahtisaari; el ex canciller alemán Helmut Kohl y el monje budista vietnamita Thich Quang Do figuran también en las quinielas para el único Nobel que se otorga y falla fuera de Suecia.
A lo largo de su centenaria historia, el Nobel de la Paz ha recaído en 22 organizaciones y 93 individuos, de ellos 12 mujeres, y en 28 ocasiones ha sido compartido por más de una persona.
El de la Paz es con el de Literatura el Nobel más polémico, por el carácter más subjetivo de sus criterios, al que añade un fuerte componente político, que ha generado no pocas controversias, como la de 1973, cuando fueron premiados el estadounidense Henry Kissinger y el vietnamita Le Duc Tho tras el fin de la guerra de Vietnam.
No menos polémica fue la concesión en 1994 del premio a los israelíes Isaac Rabin y Simon Peres, y al líder palestino Yasser Arafat, que provocó la dimisión de uno de los cinco miembros del comité, por negarse a admitir a este último, al que calificó de "terrorista", entre los laureados.
Las elecciones del Comité han oscilado entre premios "cantados", como el de 1994, el de la opositora birmana Aung San Suu Kyi (1991) o el de el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y su director, el egipcio Mohamed El Baradei, en 2005, y sorpresas.
Tal fue el caso de la entonces desconocida organización Conferencia de Pugwash y su fundador, Joseph Rotblat, premiados en 1995 por su lucha a favor del desarme en el mundo de forma anónima, y el del propio Yunus y su Grameen Bank el año pasado.