RIO DE JANEIRO.- Giovanna Pereira, la mujer que dio a luz en un avión cuando viajaba a la ciudad brasileña de Belem para ser atendida por extraños dolores abdominales que no sabía se debían a un embarazo, afirmó hoy que prácticamente no sintió el parto debido a los analgésicos que le habían suministrado.
"No me acuerdo de todos los momentos porque estaba dopada de remedios", la joven de 20 años en una entrevista publicada hoy por el portal de noticias G1.
La mujer, que tiene novio desde hace un año, dijo que sólo recuerda haberle dicho al médico que la acompañaba en el viaje que algo estaba saliendo de dentro de su organismo.
Madre e hija recibieron el alta ayer en el hospital de la ciudad amazónica de Santarem al que fueron conducidas. El avión tuvo que regresar a esa ciudad debido al alumbramiento.
"Fue una gran sorpresa. Pero está todo bien conmigo y con el bebé", aseguró Pereira al mismo portal.
La joven dio a luz en un vuelo comercial de la aerolínea GOL veinte minutos después de haber despegado de Santarem y cuando se dirigía a Belem para someterse a exámenes médicos.
Tanto Pereira como sus familiares dijeron desconocer el embarazo.
"Ella se sometió a una cirugía de reducción de estómago en mayo y en la época hizo todos los exámenes, entre ellos el de embarazo, que dio resultado negativo", afirmó Nivaldo Pereira, el padre de la joven.
Ante la falta de explicación para los fuertes dolores abdominales que sintió esta semana, sus familiares decidieron enviarla a Belem, la capital del estado de Pará, para consultar al cirujano que la había operado.
Como era urgente que viajara, los médicos que la atendieron en Santarem no la sometieron a ningún examen que pudiese revelar el embarazo.
El médico que la acompañaba en el viaje, un gastroenterólogo, dijo que la joven no parecía embarazada, especialmente porque después de haber pesado 100 kilos antes de la cirugía su peso había bajado hasta 70 kilos.
El mismo médico tuvo que realizar el trabajo de parto, para el que apenas contó con la ayuda del estuche de primeros auxilios del avión y de una enfermera que viajaba en la misma aeronave.
La bebé tuvo dificultades para respirar apenas nació debido a secreciones pulmonares, que hubo que limpiar manualmente por la falta de equipos, pero después evolucionó normalmente.
La niña, que pesó 3,4 kilos al nacer, será bautizada con el nombre de María Valentina.
"Estamos felices. Estaba llevando a mi hija a Belem porque corría riesgo de muerte y regresamos con otra vida", afirmó el abuelo.