Francia: Sigue huelga de transportes, pero se prevee negociación para el miércoles

PARIS.- Los transportes públicos de Francia vivieron su quinto día de huelga este domingo, aunque las negociaciones previstas el miércoles abren la posibilidad de una solución, a las puertas de una semana en que los funcionarios se han de sumar al primer gran pulso a la ambición reformadora del presidente Nicolas Sarkozy.

Los metros, autobuses y trenes, en París y otras ciudades del país siguieron sin funcionar, o haciéndolo de manera mínima, para unos usuarios que por primera vez salieron a las calles de la capital francesa a manifestarse contra el paro.

Los organizadores de la protesta, una serie de asociaciones de corte liberal, como "Querida Libertad" o "Contribuyentes Asociados", cifraron el número de participantes en entre 15.000 y 20.000 personas, mientras que la prefectura de policía redujo el número a 8.000.

Armados con pancartas que reclamaban volver "al trabajo" a los empleados ferroviarios, los manifestantes también protestaron contra el bloqueo de universidades por quienes se oponen a la ley Pecresse, que ven en esta medida para dotar de autonomía presupuestaria a los centros como un primer paso hacia la privatización de la enseñanza superior.

Por su lado, los seis sindicatos de la compañía ferroviaria estatal (SNCF) y tres de la empresa pública de transportes de París, la RATP, mantuvieron la huelga para el lunes, aunque aceptaron entablar negociaciones a partir del miércoles sobre la supresión de regímenes especiales de jubilación, a la que se oponen.

Para la jornada del lunes, la dirección de la SNCF previó una mejora del servicio en los trenes de alta velocidad -funcionarán 300 de los 650 que lo hacen normalmente-, mientras que los transportes públicos en la capital mantendrán niveles bajos de frecuencia (un metro de cada cinco y un 40% de autobuses).

El gobierno no quiere dar marcha atrás a su proyecto, que prevé, principalmente, igualar el periodo de cotización de 37,5 años exigido en los regímenes especiales a los 40 años necesarios en el régimen general.

Medio millón de trabajadores franceses se benefician de estos sistemas particulares de jubilación.

Para justificar su posición, el gobierno cita el apoyo de casi 60% de los franceses a su proyecto, según los últimos sondeos.

"Nicolas Sarkozy está convencido de que la impopularidad del paro no permitirá a los huelguistas aguantar mucho tiempo", sostenía este domingo el diario Le Parisien.

La organización patronal Medef reclamó la reanudación del trabajo, estimando que los perjuicios del paro constituyen un "grave peligro" para las empresas.

Para acentuar la presión sobre el gobierno, los huelguistas cuentan con unir sus fuerzas a la de los funcionarios, que el martes tienen previsto llevar a cabo una jornada de paro en protesta contra el proyecto de supresión de puestos (22.900 en 2008) y en favor de un aumento de sueldos.

La convocatoria concierne a los 5,2 millones de funcionarios y podría causar problemas en los aeropuertos (los controladores aéreos, por ejemplo, son empleados del Estado).