PARÍS.- Centros de enseñanza, servicios ferroviarios, correos y aeropuertos franceses se vieron afectados el martes por huelgas nacionales, después de que a un paro de transportes que lleva siete días se sumara una protesta de trabajadores del sector público.
Las huelgas suponen un serio desafío al programa de reformas económicas del Presidente Nicolas Sarkozy.
Los trabajadores ferroviarios, que se oponen al plan de Sarkozy de eliminar algunos derechos de pensiones al sector público, han votado extender su agobiante huelga a un séptimo día, haciéndola coincidir con un paro de empleados públicos que abarca desde empleados de correos a profesores.
Los trabajadores rechazan el plan de Sarkozy de no sustituir a algunos trabajadores jubilados para tratar de reducir costo, y dicen que su poder adquisitivo se está deteriorando.
"La movilización será fuerte. No me hace mucha gracia y se que el pueblo francés está empezando a hartarse", dijo el ministro de Presupuestos, Eric Woerth, al diario Le Parisien.
Su ministerio emitió el lunes un comunicado diciendo que el poder adquisitivo de los trabajadores del sector público se había reducido de hecho en un 2,4 por ciento en el 2007.
Los estudiantes universitarios, que están bloqueando el acceso a edificios en decenas de campus de toda Francia, y algunos alumnos de secundaria participarán también en las manifestaciones del martes contra una reforma del Gobierno que otorga más autonomía a las universidades.
Los cierres causados por la huelga de los profesores sumarán un nuevo dolor de cabeza a los padres que trabajan y tienen hijos en edad escolar.
Los distribuidores de prensa llevan a cabo una huelga de un día por una reestructuración planeada, el principal sindicato energético del país ha convocado a un paro de un día, y el personal de control de tráfico aéreo de Orly -el segundo mayor aeropuerto de París- no acudirá a trabajar.
"Un pequeño grupo de personas están tomando al país como rehén. Es lamentable," dijo Guy Cousserant, de 56 años, mientras se dirigía a píe a su trabajo en el centro de París. "Es muy molesto", agregó.
Los sondeos muestran que la huelga ferroviaria es impopular entre la mayoría de los votantes franceses, pero el Gobierno también está siendo presionado para demostrar que está trabajando para desbloquearla.
El Gobierno dice que no cederá en los principales puntos de su plan para eliminar el sistema de "regímenes especiales", por el que algunos empleados -entre ellos los del sector ferroviario- pueden jubilarse tras contribuir al sistema durante dos años y medio menos que la norma.
El operador ferroviario estatal SNCF dice que el número de huelguistas se ha reducido, pero el paro sigue alterando los servicios de transporte.
Las negociaciones con los sindicatos ferroviarios comenzarán el miércoles. Los medios
franceses han citado al ministro de Economía, Christine Lagarde, diciendo que las huelgas estaban costando a Francia entre 300 y 400 millones de euros por día.