GINEBRA.- Más de 190 millones de personas, el dos por ciento de la población mundial, viven y trabajan en un país distinto del que son originarios.
Así lo afirma el Comité sobre los Derechos de los Trabajadores Migrantes de Naciones Unidas que hoy comenzó su séptima sesión, que durará hasta el próximo viernes.
El Comité está compuesto por diez expertos independientes y se encarga de controlar la aplicación de la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de los Trabajadores Migrantes y de los miembros de su familia.
Durante esta séptima sesión, los miembros del Comité examinarán el informe sobre Ecuador, cuya valoración se espera sea conocida el próximo viernes.
La Convención fue adoptada el 18 de diciembre de 1990 por la Asamblea General de Naciones Unidas y entró en vigor el primero de julio del 2003.
Su objetivo es impedir la explotación de los trabajadores migrantes, tanto en el país de acogida como en el de origen, sean éstos regulares o no.
La Convención impide que sean expulsados colectivamente, que sean tratados de manera menos favorable que los nacionales en materia de remuneración, y les asegura el derecho a la sindicalización, entre otros aspectos.