TORONTO.- Canadá dijo hoy que “lamenta la decisión del Gobierno de Irán” de expulsar al embajador canadiense en Teherán, John Mundy, y calificó la medida de “totalmente injustificable".
El ministro canadiense de Asuntos Exteriores, Maxime Bernier, dijo en un comunicado que “Canadá lamenta la decisión del Gobierno de Irán de ordenar que nuestro embajador deje Teherán, lo que es totalmente injustificable".
La expulsión del representante diplomático canadiense en Irán se produce después de que Canadá rechazase en varias ocasiones los nombres propuestos por Teherán para ocupar el puesto de embajador iraní en Ottawa.
A pesar de la expulsión, Canadá se apresuró a señalar que no significa una ruptura de las relaciones diplomáticas entre los dos países.
"Ambos países seguirán manteniendo embajadas en las capitales respectivas y realizarán operaciones normales".
El ministro Bernier defendió la posición canadiense y negó que el rechazo del país a aceptar los propuestos embajadores justifiquen la decisión iraní.
"Canadá e Irán han tratado desde hace algún tiempo de llegar a un acuerdo sobre el intercambio de embajadores. Desafortunadamente, no hemos sido capaces de aceptar los candidatos que Teherán ha remitido. Creemos que la expulsión de nuestro embajador es una consecuencia desafortunada e injustificada".
Los dos países mantienen tensas relaciones desde que en el 2003 murió en una cárcel iraní la fotógrafa irano-canadiense Zahra Kazemi.
La fotógrafa, de 54 años, fue detenida por la policía iraní en el verano de 2003 y murió poco después en una comisaria tras recibir un golpe en la cabeza.
Pocas días después de la muerte de Kazemi, un policía de Vancouver mató a un joven iraní durante un altercado de tráfico. Irán dijo que la muerte de Keyvan Tabesh estaba vinculada con la de Kazemi, lo que fue negado por Ottawa.
El entonces Gobierno del Partido Liberal decidió la retirada del embajador canadiense en Teherán en protesta por la forma en que Irán estaba tratando el incidente aunque posteriormente el diplomático volvió a su puesto.
Las relaciones entre Ottawa y Teherán empeoraron tras la llegada al poder del Partido Conservador del primer ministro Stephen Harper en enero del 2006.
El Gobierno de Harper adoptó una línea dura, en sintonía con la política de Estados Unidos, con respecto a la disputa entre Irán y los países occidentales por el enriquecimiento de uranio.
Bernier señaló: “respaldamos nuestro embajador, que ha desarrollado sus deberes diplomáticos con profesionalismo y dedicación. Seguiremos vigilando el bienestar del otro personal de la embajada en Irán".
El canciller terminó señalando que “el planteamiento de Canadá hacia Irán seguirá guiado por nuestro compromiso a promover libertad, democracia, derechos humanos y el imperio de la ley y por nuestro intereses regionales e internacionales".