CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Benedicto XVI hizo hoy en su mensaje navideño un llamamiento a la paz y la justicia en el mundo.
En su discurso, leído antes decenas de miles de fieles en la Plaza de San Pedro, el Papa se refirió especialmente a los conflictos y guerras en Cercano Oriente y pidió una reanudación del diálogo entre israelíes y palestinos.
"Espero que en el respeto a los derechos inalienables de los pueblos de esta región se abran perspectivas para una paz justa y duradera", señaló el Sumo Pontífice.
Benedicto XVI advirtió enfáticamente a la sociedad que no sobrestimen los efectos del progreso tecnológico. El hombre llegó a la Luna, está preparado para conquistar el universo y está a punto "de descifrar los maravillosos códigos del genoma humano". Por eso, se siente cada vez más "soberano y creador de su propio destino".
Pero esa impresión es equivocada, porque sigue habiendo miseria, sufrimiento y una profunda injusticia en el mundo: "Siguen muriendo pesonas de hambre y sed, de enfermedad y de pobreza en una época de abundancia y de consumismo sin medida. Sigue habiendo personas que son esclavizadas, explotadas y heridas en su dignidad".
Por eso, destacó el Papa, el hombre de este mundo postmoderno sigue necesitando "un salvador", un guía moral.
Con sol radiante y temperaturas primaverales, el jefe de la Iglesia Católica impartió a continuación la tradicional bendición urbi et orbi. Además, pronunció su saludo navideño en 62 idiomas.
Se trata de la segunda Navidad de Benedicto XVI tras ser elegido Papa en abril de 2005.
El jefe de la Iglesia Católica manifestó además nuevamente su esperanza de poder viajar a Israel y los territorios ocupados y mencionó explícitamente la tensa situación en Irak y Líbano.
"Confío en que Líbano, después de las muchas víctimas, destrucciones e incertidumbres, siga viviendo y progresando dentro de un orden democrático y esté abierto a los demás en el diálogo con las culturas y las religiones", dijo Benedicto XVI.
Respecto a la persistente violencia en Irak, el Papa alemán afirmó: "Dirijo un llamamiento a los que deciden el destino de Irak para que la cruel violencia que cubre de sangre ese país termine y se pueda garantizar a cada habitante una vida normal".
El discurso del Papa fue emitido por radio y televisión a más de cien países y por primera vez difundido también en vivo por Internet en la página web del Vaticano.
A medianoche, el Papa celebró la tradicional misa de gallo en la Basílica de San Pedro, en la que recordó el sufrimiento de millones de niños en el Tercer Mundo.
Benedicto XVI hizo referencia a "los niños que son convertidos en soldados y encaminados a un mundo de violencia, hacia los niños que deben mendigar, hacia niños que sufren miseria y hambre, hacia los niños carentes de todo amor".