Familiares esperan pruebas de vida de rehenes de las FARC

BOGOTÁ.- Familiares de secuestrados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) esperaban ansiosos la llegada a Bogotá de la ex rehén Consuelo González de Perdomo, quien trae consigo pruebas de vida de ocho secuestrados.

González (57), quien pasó seis años y cuatro meses cautiva en las selvas colombianas, viajaría hacia las 12:00 horas de Caracas (17:00 horas GMT) a la capital colombiana, donde será recibida por el Alto Comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, y por el alcalde de Bogotá, Samuel Moreno.

González prevé reunirse con familiares de ocho políticos, militares y policías con los que compartió cautiverio y de quienes entregará pruebas de vida.

González: Tengo un compromiso con mis compañeros cautivos

Antes de emprender su regreso a Colombia, la ex parlamentaria afirmó que tiene un compromiso ineludible con sus compañeros aún cautivos para lograr su libertad.

En declaraciones a Caracol Radio, González de Perdomo reconoció que tras su liberación se ha sentido por momentos desubicada "pero he tratado de centrarme, de aterrizar".

Añadió que se ha dicho a sí misma que tiene "la responsabilidad" de la vida de sus compañeros, convocando al país para que "logremos concretar una estrategia", que lleve al gobierno y a las FARC a un acuerdo humanitario, que sea el inicio de un proceso de paz.

"Primero está la vida, la suerte de numerosas personas, de ciudadanos de bien, que por el conflicto se encontraron en esa situación tan complicada, tan dramática, que los colombianos no podemos dejar que sigan en esa circunstancia", señaló.

González de Perdomo, quien durante su cautiverio enviudó y fue abuela, regresará a Colombia con sus hijas, María Fernanda y Patricia, con quienes se encuentra en Caracas.

En sus declaraciones a Caracol Radio, la mujer dijo que su liberación es "indiscutiblemente" una oportunidad para "reencontrarme con la vida".

Esa oportunidad, anotó, le ha dado la posibilidad de "entender la altísima responsabilidad" que tiene para encontrar el camino que defina "de la manera mas rápida posible la libertad de los secuestrados".

Manifestó que salió hacia la libertad del campamento de las FARC "con tristeza, pues tenía que dejar a ocho personas con las que había compartido tantas tristezas".

En sus declaraciones, afirmó que "no puedo decir que no me sorprendí" con la decisión de su liberación por el grupo armado ilegal, "porque hay gente que lleva nueve casi 10 años, gente con dificultades de salud más graves que las mías" secuestrados.

Agregó que entendió esa decisión como "una acción del Señor, que quería tal vez involucrarme en un acto de compromiso con mis compañeros, lo entendí como un regalo, que no puedo eludir por mis compañeros".