SAN SALVADOR- Los jefes militares de Estados Unidos sopesarán la presión y los compromisos globales que enfrentan sus fuerzas para decidir eventuales nuevas reducciones de las tropas desplegadas en Irak en la segunda mitad de 2008, dijo este viernes un alto responsable castrense.
El jefe del Estado Mayor Conjunto, almirante Michael Mullen, dijo que era muy pronto para afirmar si las condiciones permitirían una futura reducción de fuerzas de Estados Unidos que incluya las cuatro brigadas de combate que tienen previsto salir en Julio.
"Claramente, es algo que tendré que tomar del (general) David Petraeus", dijo en referencia a las recomendaciones del comandante de Estados Unidos en Irak. "Voy a escuchar muy atentamente a todo lo que él diga al respecto", añadió a los periodistas que viajan con él en una gira por América Latina.
Sin embargo, Mullen también buscará la asesoría independiente de otros jefes militares y tendrá en cuenta la implicación regional, global y el impacto en las fuerzas militares de Estados Unidos, así como también en la futura posición en Irak.
"La Estado Mayor Conjunto se reserva el derecho de dar un consejo regional o global. Podemos recomendar adoptar riesgos mayores, o decir que nos parece que nos están pidiendo demasiado", indicó durante un vuelo hacia El Salvador desde Colombia.
La presión a las que están sometidas las fuerzas estadounidenses integrará "claramente parte de la evaluación", dijo. "Lo considero una responsabilidad principal", añadió.
Actualmente, hay unas 160.000 tropas divididas en 14 brigadas de combate en Irak. Se espera que cuatro brigadas salgan en julio, dejando entre 130.000 y 140.000 tropas en el país asiático.
El secretario de Defensa Robert Gates sostuvo que le gustaría ver otras cinco brigadas saliendo de Irak para fines de año, para reducir el número de personal militar en ese país a cerca de 100.000.
Sin embargo, los comandantes estadounidenses prefieren ser cautelosos ante futuras reducciones por temor a perder el terreno ganado con tanta dificultad en un largo año de incrementos en el número de fuerzas de Estados Unidos en la zona de conflicto.
Por su parte, Petraeus estudia las necesidades más allá de julio, y se prevé que sus recomendaciones sean muy escuchadas.
El jefe del Comando Central de Estados Unidos, almirante William Fallon, también realiza una evaluación, pero su análisis de la situación es desde un contexto regional.
El proceso implementado por Gates para la reducción de tropas determina que si no hay acuerdo entre las tres evaluaciones, sea finalmente el presidente George W. Bush quien adopte una decisión final.
Como titular del Estado Mayor Conjunto, Mullen enfatizó la necesidad de volver a un sistema más funcional de rotaciones de las fuerzas estadounidense de tierra.
El ejército, en particular, se ha visto tan limitado que los soldados son movilizados por 15 meses, con solo un año en sus hogares entre misión y misión.
Mullen señaló que durante sus visitas a las instalaciones militares en todo el mundo ha percibido cuán perjudicial resulta eso en las tropas, que de por sí están sometidas a una gran presión.
"Creo que la mayor e inmediata medida es poder reducir los despliegues de 15 a 12 meses, para volver a rotaciones de uno a uno", dijo en referencia a un año en misión y uno en casa.
"Hay otros consejos para el balance, pero quitarle presión a la fuerza sería el principal", agregó.
Según Mullen, la necesidad de movilizar más tropas hacia Afganistán también entra en la consideración. En abril 3.200 marines serán enviados para ayudar a contener el resurgimiento de la violencia talibán.
"Está muy claro (...) esto es una economía de fuerza. Si nosotros tuviésemos más fuerzas disponibles, las usaríamos", dijo."Entonces la pregunta sería, si tenemos más fuerzas disponibles con el correr del tiempo: ¿qué haríamos con ellas y adónde serían enviadas?", se preguntó, para puntualizar: "No tenemos esa respuesta hoy y no la vamos a responder en esta evaluación".