MACON.- Relanzado fuertemente en la campaña a la nominación demócrata tras su amplia victoria en Carolina del Sur, el senador negro Barack Obama quiere probar de ahora en más que no es sólo el candidato de una minoría sino de todos los estadounidenses sin distinción.
El senador negro por Illinois dijo que su margen de victoria de dos a uno en las votaciones del sábado en un estado que cuenta con una fuerte comunidad negra muestra que los estadounidenses quieren trascender las divisiones raciales y partidistas."Creo que la gente quiere cambio. Creo que quieren ir más allá de algunas de las políticas raciales que fueron tan dominantes en el pasado", dijo Obama.
Tras una dura batalla salpicada de acusaciones de "demagogia racial", el precandidato demócrata obtuvo en Carolina del Sur el 55% de los votos, superando ampliamente a Hillary Clinton (27%) y al tercer aspirante John Edwards (18%).
El factor racial irrumpió en la campaña con este primer escrutinio en un estado con una fuerte minoría de negros (30%). Los análisis de la votación mostraron que Obama se benefició con el 80% de los votos negros y sólo el 24% del voto de los blancos. Los expertos señalan sin embargo que el peligro para él, es mostrarse como "el candidato negro".
El domingo, Obama asistió a un servicio religioso en la Harvest Cathedral de Macon (Georgia, sudeste). Una elección que no hizo al azar: esta iglesia "multicultural" acoge tanto a negros como blancos, así como a familias amerindias y de origen hispano.
"Cada uno de nosotros puede elevar la voz contra la injusticia. Cada uno de nosotros tiene un papel a desempeñar", dijo durante el servicio religioso. Citó a Martin Luther King pero también a Robert y John F. Kennedy.La hija del ex presidente asesinado en 1964, Caroline, manifestó el domingo su apoyo al precandidato, y se espera que el senador Ted Kennedy, el político más prominente de la influyente familia, lo haga el lunes.
Obama se enfrenta ahora al desafío de ganarse un sólido apoyo por parte de los votantes hispanos. "El votante hispano (...) no mostró demasiada buena voluntad o afinidad con apoyar candidatos negros", dijo al The New Yorker el analista Sergio Bendixen.