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Santiago: Viernes 27 de septiembre del 2024 | Actualizado 07:44
BOULDER, Colorado.- En el pequeño pueblo de Boulder, en Estados Unidos, viven alrededor de 9 mil personas. Una ciudad tranquila y pacífica que hace 10 años atrás conoció la tragedia de primera fuente: El secuestro, asesinato y violación de la estudiante universitaria Susannah Chase remeció y dejó en estado de shock a la comunidad.
El jefe de Policía de Boulder, Mark Beckner, describió en una entrevista telefónica a Emol desde Boulder, que el pueblo se conmocionó, sufrió y tuvo que readecuar sus medidas de seguridad para enfrentar esta nueva situación.
El encargado del caso que hoy tiene arrestado al chileno Diego Olmos Alcalde -como principal sospechosos del homicidio- relató: "Nuestra ciudad es universitaria, muy linda y con muy poco crímenes violentos (…) cuando pasó esto fue muy chocante para nuestra comunidad, creó mucho miedo, especialmente en las mujeres".
Boulder está ubicado en el estado de Colorado, un cuarto de su población son estudiantes de la Universidad de ese estado. Una localidad mayoritariamente rural, donde las afamadas montañas rocosas le brindan un impresionante escenario y cuidan a los habitantes de los fríos inviernos característicos de un lugar acostumbrado a la seguridad y a la calma.
Pero justo el día en que las estaciones cambiaban y llegaba el invierno a la ciudad, esa calma y seguridad desaparecieron. Algo a lo que Boulder no estaba acostumbrado ocurrió, y remeció a todos los residentes del lugar.
Susannah Chase, que cursaba su último año en la sede en Boulder de la Universidad de Colorado, había empezado con el pie izquierdo esa noche de domingo de 1997. Faltaban pocos días para Navidad y la estudiante de 23 años se había juntado con su novio, habían comido pizza y luego discutieron.
La joven se fue caminando a su casa y a casi una cuadra de llegar, el chileno Diego Olmos le habría golpeado en reiteradas ocasiones con un bate de béisbol y presuntamente la violó, según consta en la acusación policial. Susannah murió al día siguiente, víctima de las cuatro fracturas craneales que le provocó la agresión.
Pasaron diez años sin encontrar al culpable, pero el resultado de una muestra de ADN llevó a un responsable que hasta ahora ni siquiera figuraba como sospechoso, según reconoce el propio jefe policial.
Beckner describe así lo que pasa hoy en su comunidad luego del arresto del chileno: "Hay un sentimiento de felicidad y alivio, de que finalmente se hará justicia".
La comunidad universitaria se vio afectada de muchas maneras, y la Policía de Boulder junto con la municipalidad y la universidad crearon una serie de programas para asegurar la tranquilidad y paz de los que ahí residen. "Idas seguras a casa" fue uno de ellos, los cuales proveían servicio de transporte para que las mujeres no caminaran solas por las noches, informó Beckner.
Olmos estaba manejando después de haber visitado el hogar de su madre en el pueblo de Aurora en Colorado cuando fue arrestado por la policía, relata el uniformado, quien declina entregar antecedentes sobre declaraciones hechas por el chileno.
El arrestado tenía un expediente abultado en casos de abuso sexual. Sólo semanas después de lo ocurrido la noche del 21 de diciembre de 1997, el chileno fue arrestado en dos ocasiones en Denver. Después, pasó seis años en prisión en Wyoming luego de ser acusado de arrastrar a una joven de 19 años fuera de su auto tras haberla seguido a su casa.
Hasta que no tuviera el ADN coincidente de Olmos, la policía de Boulder nunca lo consideró como sospechoso, informó Beckner, agregando que cuando se hizo el cruce de información del material genético, él y su equipo estaban "muy felices, habíamos trabajado tanto tiempo en este caso que, aunque tuvieras esperanzas, a veces te preguntabas si alguna vez se resolvería".
