Tailandia se viste de rojo para unirse a celebraciones del Año de la Rata

BANGKOK.- Tailandia, con su rey Bhumibol Adulyadej al frente, se viste hoy de rojo para celebrar la llegada del Nuevo Año chino e inmunizarse contra la mala suerte.

La proliferación del color rojo en las calles y en los hogares es una prueba de la plena integración de la comunidad de origen chino, que controla la economía del país y se ha emparentado con la antigua nobleza siamesa.

Un censo de 1987 calculó que al menos el 15 por ciento de los tailandeses tenían vínculos familiares con inmigrantes chinos, cuya presencia en Tailandia se remonta al siglo XIII, cuando llegaron a la antigua capital siamesa de Ayuthaya, procedentes de Fujian y de Cantón, para comercializar sedas y cerámicas.

En Bangkok es habitual ver rótulos indicativos en chino y tailandés en los comercios y viviendas de su barrio chino, situado en el casco viejo y uno de los más bulliciosos de la metrópolis.

Las celebraciones del Año Nuevo comienzan el día anterior, cuando ya a primera hora de la mañana familias enteras acuden a los templos para hacer ofrendas a las deidades.

Es también costumbre regresar al hogar paterno para sentarse a la mesa con toda la familia, compartir la comida, y entregar algún dinero o "Tae-ia" en sobres rojos o "hong bau" a los ancianos, niños y empleados, para llamar a la suerte.

Yawarat, como se conoce al congestionado barrio chino, es una de las zonas más antiguas de Bangkok, fundada en 1780, y hasta hace tres décadas, cuando surgió la fiebre de los grandes almacenes, era el verdadero centro comercial y motor económico del país.

De hecho, el barro chino fue el primero de Bangkok que contó con calles asfaltadas, cuando la mayor parte de las mercancías eran transportadas por las barcas que prestaban servicio en los canales de esta ciudad.

A lo largo del día, Yawarat celebrará el Nuevo Año engalanada de rojo, y será escenario de numerosos espectáculos, desde desfiles a exhibiciones de artes marciales, concursos de escritura china y ceremonias al Dragón Dorado, el espíritu protector.

Durante tres días, los negocios regentados por familias chinas permanecerán cerrados, con lo que Yawarat, una zona sobre la que se dice que nunca descansa, ofrecerá una estampa inusual.