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Gobierno argentino teme no conseguir votos en el Congreso

El ex presidente de Argentina llamó a varios diputados, porque teme no reunir el número necesario de votos para que apoyen el proyecto oficial del Gobierno de retenciones.

26 de Junio de 2008 | 08:21 | La Nación.com.ar / GDA

BUENOS AIRES.- El gobierno de Cristina Kirchner sufre una creciente dificultad para conseguir votos en el Congreso. Desde su residencia de Olivos, Néstor Kirchner monitorea a los diputados díscolos para obtener el número necesario para ratificar por ley las retenciones móviles que desataron el conflicto con el campo que lleva más de 100 días.


Según confirmaron altas fuentes oficiales al diario argentino La Nación, Kirchner tomó el teléfono para llamar a varios diputados del Frente para la Victoria (FV) reacios. Se estima que hay unos 40 diputados oficialistas que se oponen a aprobar sin cambios el proyecto del Gobierno (de lo que se informa por separado).


Pero Kirchner no quiere rebajar ese impuesto en el Congreso. Sí aceptará leyes alternativas y complementarias para mejorar el acceso a reintegros, compensaciones y subsidios para pequeños productores.


Esa flexibilidad no satisface al campo, que así mantendría el conflicto. Pero Kirchner lo considera suficiente para que los diputados justifiquen la ratificación a la resolución. Con esa presión, Kirchner busca neutralizar la presión de los productores que coparon el Congreso por dentro y por fuera -con carpas de ambos bandos- para convencer a los diputados oficialistas.


"Kirchner quiere que se debata todo en comisión y ganar la votación en el recinto, sin bajar retenciones. Quiere sacarle al campo el argumento de que se votó a libro cerrado y sin respetar la democracia", detallaron fuentes del Congreso al periódico.


Derrota política


El ex presidente considera que aceptar rebajas en las alícuotas sería una derrota política del Gobierno. Por ello, telefoneó a sus diputados y delegó otras llamadas en sus ministros. "Así se ejerce la democracia. Los votos en el Congreso se cuentan de a uno", confirmó a La Nación, con ironía, un funcionario cercano a la Presidenta.


En la Casa Rosada confirmaron que Kirchner estuvo a punto de convocar a los diputados oficialistas a la sede del PJ para disciplinarlos, pero hubiera sido una señal contraproducente: hubiera demostrado la impertinencia del ex presidente en la votación. Y se podría haber leído como una muestra de debilidad en los números.


Otros dos operadores de Kirchner son el jefe del Gabinete, Alberto Fernández, y el ministro del Interior, Florencio Randazzo. También el secretario legal y técnico, Carlos Zannini, y el ministro del Justicia, Aníbal Fernández, se reunieron anteanoche con legisladores reacios. No encontraron soluciones, por ahora, a esta rebelión.


Una preocupación mayor es el bloque bonaerense. En la Casa Rosada cuentan 9 legisladores díscolos: Felipe Solá, Mabel Müller, Graciela Camaño y Dante Camaño, entre otros. También Luis Barrionuevo, de Catamarca. Todos hablan con el ex presidente Eduardo Duhalde.


Otros legisladores están presionados por los productores de sus provincias y por la amenaza de un destierro político durante los tres años que le restan al mandato de Cristina Kirchner. Sacar los "pies del plato" puede merecer un castigo muy largo en el tiempo.

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