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Cumbre del APEC termina sin inconvenientes

Durante meses, portavoces gubernamentales y medios periodísticos denunciaron supuestos planes de ultraizquierdistas para sabotear la Cumbre, pero nada de eso ocurrió.

23 de Noviembre de 2008 | 16:11 | dpa
LIMA.- Los temores que rondaron durante meses respecto a la posibilidad de que la XVI Cumbre de Líderes del Foro de Cooperación Económica del Asia-Pacífico (APEC) se desarrollara en medio de un Perú convulsionado se desvanecieron hoy por completo, cuando la reunión se cerró en un país en absoluta calma.

Durante meses, portavoces gubernamentales y medios periodísticos denunciaron supuestos planes de ultraizquierdistas para sabotear la Cumbre, mientras organizaciones sindicales y políticas convocaban a protestas de las que, eso sí, advertían que debían transcurrir en forma pacífica.

Lo cierto es que la Cumbre apenas generó tímidas protestas por la presencia del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, mientras las alarmas del rígido esquema de seguridad sólo se activaban por situaciones que, vistas en perspectiva, no pasaron de la anécdota.

Una sexagenaria detenida con un cuchillo cerca al hotel de Bush, que resultó ser sólo una señora despistada, y un universitario detenido por pasear por un centro comercial próximo al mismo lugar cuando tenía en su historial investigaciones por terrorismo, fueron los hechos más llamativos.

Las tres o cuatro camionetas oficiales robadas en la semana no fueron usadas para ningún atentado y para los cinco universitarios detenidos en la ciudad de Trujillo por escribir en las paredes letreros contra Bush la cosa no pasó de un mal momento.

Aunque en la tarde de hoy los líderes permanecían en Lima y por tanto el gigantesco plan de seguridad seguía activo, las autoridades prácticamente podían reportar que la Cumbre en sí pasó sin incidentes.

Los habitantes de Lima, que tuvieron días no laborables desde el jueves para descongestionar el tránsito y facilitar el control, se dedicaron al descanso en su largo fin de semana.

En el resto del país, incluido el siempre beligerante sur andino, abierto a los discursos izquierdistas y antiglobalización, la calma fue absoluta.

Tampoco hubo acciones del grupo izquierdista armado Sendero Luminoso ni de las mafias narcotraficantes con la que está en supuesta alianza, a pesar de que días antes el Ministerio del Interior había advertido de supuestos planes en ese sentido.

Una concentración sindical el jueves y una marcha universitaria el viernes, ambas en Lima contra la presencia de Bush, fueron poco concurridas y pacíficas. En el interior no se reportó nada similar.

Paradójicamente, la Cumbre trajo calma. Difícil imaginar que este mismo mes el Perú era escenario de enfrentamientos en diversos puntos, los que supuestamente eran una antesala de lo que vendría.

Los analistas ya prevén que el gobierno presentará el resultado como producto del plan de seguridad y del apoyo ciudadano a la realización de la Cumbre. Y razón no le faltará.

La oposición a su vez argumentará seguramente que demostró que no tenía intenciones violentas y desestabilizadoras. Y también estará en lo cierto.

Unos 39.000 policías participaron directamente en las operaciones y otros 50.000 se mantuvieron en alerta en todo el país.

También participaron en un número no precisado militares peruanos y agentes extranjeros para darle protección a una Cumbre que, en prevención, se desarrolló en el cuartel general del Ejército, rebautizado para la ocasión como Centro de Convenciones del Ministerio de Defensa.
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