LONDRES.- Sobre el príncipe Harry de Inglaterra se guardó un silencio desacostumbrado en los últimos tiempos: sirvió con valentía en el frente en Afganistán, se reforzó su imagen de príncipe responsable y ya no frecuenta clubes londinenses ni se filtra ningún escandalillo a la opinión pública.
Pero acaba de provocar titulares negativos: el tercero en la línea sucesoria del trono británico tuvo que disculparse por una expresión racista con la que se refirió a otro soldado, algo vergonzoso tratándose de un nieto de la reina Isabel II, máxima autoridad de las fuerzas de combate británicas, pero también penoso tratándose de un príncipe a quien le gustaría realizar una nueva intervención en el extranjero con el Ejército. Y negativo para el Ejécito británico, que se esfuerza por atraer más miembros musulmanes a sus filas.
El desencadenante del escándalo ha sido un video que publicó hoy el diario "News of the World", en el que el príncipe, de 24 años, llama a un camarada del Ejército "Paki", lo que en Inglaterra es usado de manera peyorativa para referirse a los paquistaníes o a originarios de todo el subcontinente indio. Además, Harry utilizó la palabra "raghead", una palabra ofensiva para los árabes, e hizo bromas sobre su abuela, la reina Isabel II.
Aunque el video fue grabado hace tres años, es decir, antes del cambio de imagen de Harry hasta convertirse en un príncipe modelo, y pese a que el joven príncipe claramente está bromeando con sus camaradas, Harry, el hijo más joven de la fallecida princesa Diana, tiene ahora las manos sucias en la cuestión de corrección política.
En 2005 había aprecido en una fiesta vestido con un uniforme nazi y una esvástica en su brazo, provocando rechazos dentro y fuera del país y hundiendo su imagen como príncipe. Y tras las informaciones de sus tours de borracheras nocturnas y sus poses de playboy costó mucho tiempo volver a pulir su imagen. Sólo su intervención como soldado en el frente de Afganistán el año pasado le proporcionó en su país casi la imagen de un héroe popular.
Y para evitar nuevas vergenzas, su oficina, el Palacio St. James, publicó una disculpa por la salida de tono verbal del príncipe. "El príncipe Harry no quiso ofender de ninguna manera a su amigo". Usó la expresión "sin mala intención".
Pero las disculpas no lograron calmar los ánimos. "Se trata de un error grave que ha cometido", dijo el diputado conservador y antes soldado Patrick Mercer.
Mohammed Shafuiq, director de la organización de juventudes musulmanas Ramadan Foundation, dijo por su parte que el prínce Harry "debe transmitir una imgaen de igualdad y tolerancia como figura de la vida pública y ese comentario, de ahora o de hace tres años, es censurable. Se debería avergonzar de sí mismo". El líder de la oposición, el conservador David Cameron, también intervino para calificar las palabras de Harry de "totalmente inaceptable", aunque no consideró medidas adicionales necesarias en vista de que se ha disculpado.
Otros iniciaron el debate de si el Ejército británico tenía un problema con el racismo, lo que se apresuró a desmentir el Ministerio de Defensa, que dijo tomarse el caso "muy en serio" y no tolerar comportamientos inadecuados. Pero el caso no es la mejor publicidad para las fuerzas de combate que ahora intentan cada vez más atraer especialmente a la población musulmana para controlar mejor sus intervencioens en Irak y Afganistán.
Incluso si muchos comentarios de Harry se valoraran como niñerías y deslices que no se piensan en realidad, podrían obstaculizarle el camino cuando quiera volver al frente, sobre todo en un país musulmán como Afganistán.