Duch, hoy de 66 años, fue el jefe de la prisión S-21, por la que pasaron más de 14 mil víctimas de interrogatorios, torturas y fusilamientos.
AFPPHNOM PENH, CAMBOYA.- Uno de los principales torturadores de los Jemeres Rojos (Khmer Rouge) de Camboya será llevado hoy (lunes en la noche en Chile, martes en la mañana en Camboya) a juicio por crímenes contra la humanidad, siendo el primer miembro del cuadro de alto rango de Pol Pot procesado 30 años después del fin de un régimen al que se responsabiliza por la muerte de 1,7 millones de personas.
Kaing Guek Eav, más conocido como Duch, el ex comandante de la tristemente célebre prisión S-21, se mostró arrepentido en la víspera de su juicio por los "campos de la muerte", establecidos para procesar "a quienes sean más responsables" por el reino del terror que se extendió de 1975 a 1979, uno de los capítulos más oscuros del siglo XX.
"Él dijo a las víctimas, les pido su perdón, les pido su perdón", dijo el abogado francés Francois Roux a Reuters Television luego de visitar a su cliente dos horas en un centro de detención cerca de la corte especialmente construida en las afueras de la capital camboyana.
Se prevé que un puñado de sobrevivientes de la prisión S-21 asista a la audiencia del martes, que será en gran parte de procedimiento, con el inicio del juicio principal fijado para marzo y un veredicto previsto para septiembre.
La audiencia marca un momento decisivo para el país, asolado por la guerra donde casi cada familia perdió a alguien durante la era del Khmer Rouge (Jemeres Rojos). El juicio también pone fin a una década de retrasos en el tribunal establecido por Camboya y la ONU debido a una disputa respecto a jurisdicción y fondos.
Sus partidarios esperan que el tribunal sirva como un modelo de profesionalismo para el errático y politizado poder judicial del país. Los críticos dicen que la integridad del tribunal está amenazada por acusaciones de corrupción e interferencia política, especialmente respecto al tema de perseguir a otros supuestos miembros de los Jemeres Rojos.
Duch también enfrenta cargos por crímenes de guerra, tortura y homicidio mientras estaba a cargo de la prisión S-21, donde al menos 14.000 "enemigos de la revolución" fueron encarcelados y posteriormente asesinados.
El hombre de 66 años es uno de los cinco avejentados personajes de alto rango acusados por su rol en la revolución "del año cero" de Pol Pot para lograr una utopía agraria. Se prevé que Duch sea un testigo clave en los futuros juicios del "Hermano Número Dos", Nuon Chea, el ex presidente del régimen Khieu Samphan y Ieng Sary, su ministro de Relaciones Exteriores, y su esposa.
Los otros cuatro han negado conocimiento respecto a las atrocidades cometidas por los Jemeres Rojos durante su Gobierno, que comenzaron con la expulsión de todos los habitantes de las ciudades, quienes salieron sólo con lo que pudieran cargar.
De ser hallados culpables, los cinco podrían ser condenados a cadena perpetua.
La organización no gubernamental defensora de los derechos humanos "Human Rights Watch" (HRW) afirmó hoy, lunes, que las acusaciones de manipulación política y corrupción arrojan una sombra sobre la integridad del tribunal internacional que, auspiciado por la ONU, empezará a juzgar el genocidio del comandante de la prisión S-21, Kaing Guek Eav, alias Duch, el martes próximo en Phnom Penh.
"Cualquier sospecha de manipulación en el tribunal y perderá su credibilidad ante el pueblo camboyano. Hasta que las acusaciones de corrupción e interferencia por parte del Gobierno no sean investigadas y aclaradas, la integridad del tribunal, como una corte legítima e independiente, permanecerá en tela de juicio", dijo la investigadora Sara Colm, de HRW, a través de un comunicado de presna.
Colm aseguró que "el tribunal de los Jemeres Rojos fracasó en una prueba básica de su independencia y credibilidad" en diciembre, cuando la parte camboyana en el ministerio fiscal impidió la inclusión de más nombres en la lista de acusados, como proponían sus colegas extranjeros, por razones de estabilidad y reconciliación nacional.
La investigadora de HRW, radicada en Camboya, opinó que el tribunal incumplirá su misión de llevar justicia a los familiares y amigos de las víctimas de los Jemeres Rojos si solo juzga a una parte de los culpables.
l tribunal internacional, cuyo nombre oficial es Cámaras Extraordinarias en las Cortes de Camboya, tiene en custodia a cinco personas acusadas de crímenes contra la humanidad y genocidio, cuatro de ellas miembros del antiguo Gobierno de los Jemeres Rojos y el quinto el director del centro de torturas de Tuol Sleng.
El "hermano número uno" del Jemer Rojo, Pol Pot, murió en 1998, y el último jefe militar de la organización, el general Ta Mok, apodado el "Carnicero", falleció en la cárcel en 2007.
Tras la muerte de Pol Pot, las deserciones acabaron por desintegrar a los Jemeres Rojos. Los desertores entregaron las armas por un indulto y viven desde entonces como hombres libres.
Tras la Guerra de Vietnam y la expulsión de Edtaso Unidos, el 17 de abril de 1975, los Jemeres Rojos se tomaron el poder en Camboya e instauraron un régimen comunista maoísta en el país, fundando lo que se conoció como la Kampuchea Democrática, liderada por el tirano Saloth Sar, más conocido como Pol Pot.
El régimen se mantuvo hasta 1979 y durante esos cuatro años se produjo el episodio más sanguinario de la historia del país del sudeste asiático, lo que se conoció como el "genocidio camboyano", donde se especula desaparecieron entre dos y tres millones de personas.
Hoy, y desde 2006, un tribunal internacional está llevando a cabo investigaciones y juicios contra los responsables de estos hechos. La acusación oficial responzabiliza a los Jemeres Rojos de 1,7 millones de muertes.