JAPÓN.- El alcalde de Hiroshima, la ciudad mártir del oeste de Japón, llamó el jueves, en ocasión del 64º aniversario del primer ataque atómico en la historia, a abolir por completo las armas nucleares para 2020.
Unas 50.000 personas, incluyendo a los sobrevivientes del holocausto nuclear, participaron de la ceremonia en el monumento dedicado a los 140.000 muertos por la bomba que lanzó Estados Unidos sobre esa ciudad el 6 de agosto de 1945.
El Primer Ministro japonés, Taro Aso, estaba presente, así como los representantes de unos 60 países.
"Yo prometo nuevamente hoy que Japón estará en la vanguardia de la comunidad internacional por la abolición de las armas nucleares y la realización de la paz eterna", dijo Aso al terminar la ceremonia.
El alcalde de Hiroshima, Tadatoshi Akiba, elogió en su discurso la posición antinuclear del Presidente estadounidense Barack Obama.
La ceremonia se realizó a unos metros de la Cúpula de Genbaku, un ex salón de exposiciones del que sólo queda la estructura calcinada. Este fue el único edificio que quedó en pie luego de que estallara la bomba.
El alcalde recordó las palabras de Obama, quien había dicho que como única potencia en haber utilizado la bomba atómica, Estados Unidos tiene "la responsabilidad moral de actuar" para lograr un mundo sin armas nucleares.
"La abolición de las armas nucleares es el deseo, no sólo de los ’hibakusha’ (sobrevivientes del bombardeo), sino también de una amplia mayoría de personas y naciones en este planeta", indicó.
"Nos referimos a nosotros, la gran mayoría global, como la ’Obamayoría’ y pedimos al resto del mundo que se una a nuestra causa para eliminar todas las armas nucleares para 2020", agregó Akiba.
El primer ministro Taro Aso confió el jueves que no cree en la abolición de las armas nucleares, poco después de haber prometido a las víctimas de Hiroshima que Japón siempre sería uno de los líderes de la lucha por la desnuclearización del planeta.
Un mundo sin armas nucleares sólo podría existir "si todas las bombas nucleares desaparecieran de golpe del planeta", estimó Aso durante una conferencia de prensa después de pronunciar el discurso de Hiroshima.
"En circunstancias normales, es inimaginable (y) no es justo creer que si alguien las abandona unilateralmente, los otros las abandonarán también", sostuvo el jefe del gobierno nipón.
A las 08H15 (23H15 GMT), la hora exacta en que la bomba estalló en 1945, los participantes se levantaron y rezaron en silencio a la memoria de las decenas de miles de víctimas, hombres, mujeres, niños y ancianos despedazados por el estallido o quemados atrozmente por el calor de las radiaciones.
Entre el 6 de agosto y el 31 de diciembre de 1945, unas 140.000 personas murieron por la bomba que cayó sobre Hiroshima.
El 9 de agosto, Estados Unidos largó una segunda bomba sobre el puerto de Nagasaki, más al sur, que dejó unos 70.000 muertos.
El 15 de agosto Japón se rindió, poniendo fin a la Segunda Guerra Mundial.
Desde entonces, el país es oficialmente pacifista y se convirtió en uno de los principales aliados de Estados Unidos. En el archipiélago japonés están desplegados unos 47.000 militares estadounidenses.
El gobierno estadounidense jamás se disculpó por las víctimas inocentes de este ataque.
Mientras tanto, continúa el debate entre historiadores y políticos para determinar si los dos ataques atómicos eran necesarios para poner fin a la guerra o si se trataba de probar una nueva arma y de estudiar sus efectos sobre la población.
Según un sondeo publicado esta semana por la universidad de Quinnipiac (Connecticut, noreste), casi dos tercios de los estadounidenses siguen pensando que Estados Unidos tuvo razón en recurrir al arma atómica.