PARÍS.- La Conferencia General de la UNESCO ratificó hoy a la diplomática búlgara Irina Bokova como nueva directora general de la organización, con lo que se convierte en la primera mujer que encabezará esta agencia de las Naciones Unidas.
Bokova, que será además la primera representante de Europa del Este que toma las riendas de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), obtuvo la mayoría simple necesaria para su elección, al lograr 166 votos a favor.
De los 193 países miembros de la UNESCO, 182 tenían capacidad de voto hoy, jornada en la que se registraron cuatro abstenciones y dos papeletas nulas.
Inicialmente eran 12 los países sin derecho a voto, pero en el último momento uno de ellos, cuyo nombre no fue divulgado, puso al día su contribución y pudo votar, indicaron fuentes de la UNESCO.
Embajadora de su país en Francia y ante la propia UNESCO desde 2005, Bokova sucederá en este cargo al también diplomático japonés Koichiro Matsuura, cuyo segundo mandato concluirá en noviembre.
Según el reglamento interno del máximo órgano rector de la UNESCO, el voto fue secreto, por llamamiento nominal de cada país.
Para resultar elegida, la candidata del Consejo debía obtener más de la mitad de los sufragios expresados por los Estados miembros presentes.
Se daba por hecho que los representantes de la organización, reunidos en la Sala I de su sede central, iban a ratificar la elección de la diplomática búlgara, candidata designada en septiembre pasado por los 58 miembros del Consejo Ejecutivo.
En la historia de la UNESCO, organización fundada en 1945 tras la Segunda Guerra Mundial, la Conferencia General nunca ha rechazado al aspirante elegido por el Consejo.
Descendiente de una familia de altos cargos comunistas, Bokova se convirtió en la candidata del Consejo Ejecutivo en la quinta y última vuelta, frente al hasta hace unos meses único aspirante favorito, el ministro de Cultura egipcio, Faruk Hosni.
El escrutinio, previsto para las 13:00 horas GMT, comenzó tras una reunión a puerta cerrada de unos 15 minutos, en la que los países miembros examinaron las condiciones económicas del contrato de la candidata.
Al término de la votación, volvieron a reunirse para seguir discutiendo los términos de dicho contrato, tal y como estaba previsto, señalaron fuentes de la organización.