KARACHI.- Las autoridades paquistaníes instaron hoy a la calma luego de que un atentado con explosivos contra una procesión chiita matara ayer a 43 personas en Karachi, la ciudad más grande del país.
Las medidas de seguridad eran fuertes hoy, mientras miles de personas se congregaban en el centro de Karachi para asistir a las honras fúnebres de algunos de quienes murieron durante la procesión, que marcó el día sagrado musulmán del Ashura.
El atentado generó disturbios y graves daños en toda la ciudad, luego que las turbas enardecidas incendiaran mercados y tiendas.
Hoy, los bomberos aún combatían los incendios y las autoridades pidieron refuerzos a Hyderabad, 170 kilómetros al norte de Karachi, la principal ciudad comercial de Pakistán.
El alcalde de Karachi, Mustafá Kamal, dijo que el mercado más importante de mayoreo fue incendiado, y que cientos de tiendas y talleres fueron destruidos, con daños calculados en varios millones de dólares.
El ministro del Interior, Rehman Malik, quien hoy visitó la ciudad de Karachi, dijo que las autoridades aún estaban tratando de determinar si el atentado fue efectuado por un atacante suicida, tal como lo había anunciado ayer.
"La investigación aún continúa para determinar si se trató de un ataque suicida o si se utilizó un artefacto explosivo improvisado", dijo Malik, quien hizo un llamado a la calma a la ciudadanía y ordenó una investigación para descubrir quiénes habían estado detrás de los disturbios.
"Si alguien está tratando de mutilar a Karachi, también está intentando dañar a Pakistán", dijo el ministro.
El alto funcionario de Salud Hashim Malik dijo que el saldo de muertos aumentó a 43. Muchos de las decenas de heridos lo fueron críticamente, y algunos murieron durante la noche y esta mañana.
Karachi se había visto en gran medida liberada de la violencia relacionada con el Talibán pero que ha afectado a gran parte del resto del país, un hecho que según algunos analistas consideran está impulsada por la tendencia del grupo a utilizar esta enorme ciudad como sitio de descanso y para recaudar dinero.
Sin embargo, la ciudad también ha sido escenario de violencia frecuente tanto en lo sectario, como en lo étnico y político.
Se desconoce todavía quien estuvo detrás del atentado de ayer. Las autoridades paquistaníes dijeron que grupos sectarios se habían aliado con el Talibán y con extremistas del grupo terrorista Al Qaeda para participar en una guerra contra el gobierno paquistaní con la meta de desestabilizarlo.
Más de 500 personas han muerto en atentados desde mediados de octubre, cuando el Ejército de Pakistán lanzó una ofensiva a gran escala contra enclaves del Talibán en la región tribal del noroeste de país, fronteriza con Afganistán.