TEGUCIGALPA.- Al igual que muchos otros países del mundo, el gobierno de Honduras adoptó medidas para restringir el consumo de tabaco. Pero esta parece ser más estricta que las demás, ya que la ley del país centroamericano que entra en vigencia este lunes, permite la denuncia por parte de familiares de quienes fumen en casa.
Según la Ley Especial para el Control del Tabaco, en los lugares abiertos el fumador deberá estar al menos a dos metros de distancia de las personas que no fuman. Ante esto, el director del Instituto para la Prevención del Alcoholismo, Drogadición y Farmacodependencia, Rony Portillo, señaló que "la ley es clara y la cumpliremos".
El director explicó que con esta nueva norma, las personas "serán castigados cuando fumen en su casa, aunque se considere un lugar privado. La autoridad intervendrá sólo cuando alguien denuncie el caso y de lo contrario no lo hará".
El artículo 65 de la ley señala que "los familiares o particulares podrán denunciar y plantear reclamos ante autoridades de policía a fumadores que los expongan a la inhalación del humo del tabaco en sitios privados y en domicilios".
Portillo afirmó que quien viole la ley "será amonestado verbalmente, arrestado y liberado al pagar una multa cada vez de hasta 311 dólares (unos $145.000 chilenos).
Además, informó que cualquier persona podrá denunciar a los fumadores con la policía y que las autoridades también "multarán con 1.000 ó 6.300 dólares (casi tres millones de pesos) a los negocios que permitan fumar o los cerrarán en caso de reincidencia".
Desde ahora no se podrá fumar en escuelas, universidades, centros comerciales, gasolineras, restaurantes, discotecas, autobuses, taxis, estadios ni centros culturales. El fumador podrá hacerlo en las calles siempre que no esté cerca de otros transeúntes.
"Lo que hacemos es por la salud de los hondureños y en defensa de los niños, los adolescentes y, en fin, de los jóvenes", subrayó Portillo.
La ley también dio un plazo de 60 días a las tabacaleras para que retiren su publicidad de los medios y las obligó a mostrar en las cajetillas imágenes de los efectos del cáncer de pulmón.
El Congreso había aprobado la norma en junio de 2010 pero hasta ahora no había entrado en vigencia por la fuerte oposición de las compañías tabacaleras.