TOKYO.- El gobierno japonés dio instrucciones a los gobiernos locales para llevar a cabo pruebas de detección de niveles de radiactividad en los alimentos producidos en el país, tras la crisis nuclear que se desató en ese país.
"Las autoridades locales están obligadas a realizar las pruebas, que principalmente se aplican en los alimentos frescos producidos en los municipios cercanos al accidente (centrales nucleares)", dijo Kohei Otsuka, viceministro para la salud, el trabajo y el bienestar.
En la actualidad, no hay alimentos que hayan mostrado niveles que exceden la norma, creada en base al índice de referencia por la Comisión de Seguridad Nuclear, que es relativamente superior a las normas internacionales, dijo Otsuka.
La decisión probablemente desatará críticas entre los distribuidores de alimentos. De hecho, un gerente de una tienda en Tokio ya anunció que sería capaz de vender los alimentos producidos en las proximidades de las centrales nucleares pese a rumores de que contengan elementos dañinos.
"El gobierno está provocando la crisis. La decisión hace que parezca como si la comida contaminada ya está en el mercado", dijo Tatsuya Kakita, el jefe de un instituto de investigación en materia de consumo.
Según la instrucción, el Ministerio puede ordenar la suspensión de los envíos de alimentos que se encuentran con niveles radiactivos superior a la norma en virtud de la Ley de Higiene Alimentaria japonés.
La norma establece un límite de 200 cesio becquerel por 1 kilogramo de leche y productos lácteos, 500 becquerel por 1 kg de verduras, granos, carne y huevos, mientras que para los niveles de yodo radioactivo, la norma permite 300 becquerel por 1 kilogramo de agua potable y 2.000 becquerel por kilogramo de verduras.