ROMA.- Elena luchó tres días por mantenerse con vida, pero finalmente no pudo superar una hinchazón en su cerebro producida luego que su padre la dejara durante cinco horas en un auto, bajo altas temperaturas.
En esta jornada los médicos del hospital pediátrico Salesi de Ancona, en la costa del mar Adriático, declararon la muerte cerebral de la bebé, que fue encontrada por su propio progenitor casi sin respiración.
El médico Francisco de Pace, coordinador de trasplantes en la zona de Ancona, expresó su agradecimiento a los padres por permitir que el corazón, el hígado y los riñones de Elena sean transplantados.
"Si la gente se detiene y reflexiona, éste podría ser el único consuelo, la donación de órganos, lo único que podría dar algún sentido a esta tragedia", afirmó De Pace.
Las autoridades detallaron que una niña de dos años en la localidad de Bergamo recibió el corazón de Elena este domingo, mientras que el receptor del hígado fue un niño de Turín.
Los fiscales decidirán si acusan de homicidio al padre, Lucio Petrizzi, quien angustiado explicó a los investigadores que su memoria quedó en blanco y que inexplicablemente pensó que había dejado a la niña en la guardería, antes de llegar a su trabajo como profesor de medicina veterinaria en la universidad de Teramo.
La madre, Chiara Sciarrini, conteniendo apenas las lágrimas, leyó un mensaje en la televisión para pedir comprensión para su pareja, a quien describió como una persona distraída que debe lidiar con muchas responsabilidades.