Hess se ahorcó con un cable en su celda en 1987.
Reuters
WUNSIEDEL.- Más de 250 neonazis se dieron cita este sábado en la pequeña localidad alemana de Wunsiedel, en la que hasta mediados de mes estuvo enterrado el cuerpo de Rudolf Hess, lugarteniente del dictador Adolf Hitler.
Los radicales de derecha se concentraron en el centro de la ciudad del sureste de Alemania para protestar contra el desmantelamiento de la tumba, aunque oficialmente convocaron la manifestación bajo otro lema, indican diversos medios.
La marcha transcurrió pacíficamente, aunque tuvo que ser vigilada de cerca por decenas de agentes policiales.
A escasos metros del lugar se convocó una contramanifestación y una misa contra la violencia y la xenofobia.
El 19 de julio los restos Hess, en Wunsiedel desde hacía 24 años, fueron exhumados para ser incinerados después y esparcidos en alta mar, tal y como deseaban el jerarca nazi y sus descendientes.
Wunsiedel había sido durante más de dos décadas lugar de peregrinaje tradicional de grupos neonazis. Por ello, la comunidad cristiana evangélica de esa localidad decidió denegar a la familia la prolongación del alquiler del sepulcro, que en realidad había vencido en 2007.
Hess, condenado a cadena perpetua en los juicios de Núremberg al término de la Segunda Guerra Mundial (1939-45), se suicidó ahorcándose con un cable el 17 de agosto de 1987 en su celda de la prisión aliada berlinesa de Spandau.
Tenía 93 años. Cada 17 de agosto, cientos de personas viajaban a esa localidad de 10.000 habitantes para honrar al "mártir" Hess, quien colaboró con Hitler en "Mi Lucha" y llegó a estar preso con él tras el fracaso del golpe de Estado de 1923 en Múnich.