BENGHAZI.- Las fuerzas leales al régimen de Moammar Jaddafi ignoraron hoy el ultimátum de deponer las armas impuesto por los rebeldes, que se preparan para avanzar hacia la ciudad de Sirte, lugar bastión del fugitivo líder libio, a más tardar el próximo sábado.
Medios de la insurgencia reportaron en la noche del martes nuevos combates cerca a la ciudad de Bani Walid.
Según los rebeldes, sus fuerzas repelieron un ataque de las tropas de Jaddafi sin sufrir bajas.
Los insurgentes han dado a los pobladores de Sirte un ultimátum hasta el próximo sábado antes de lanzar una ofensiva militar.
Después de Sirte tienen previsto avanzar hacia Sebha, otro de los bastiones restantes de Jaddafi, ubicado en el desierto unos 770 kilómetros al sur de Trípoli.
Por otro lado, hoy tampoco había informaciones claras sobre el paradero de Jaddafi, del que se supone que abandonó Trípoli el viernes de la semana pasada. Medios árabes especulaban que el líder de 69 años podría esconderse en Bani Walid.
Según el canal Al Arabiya, la ciudad está actualmente bajo protección de los Warfalla, la más grande de las tribus libias.
Un ex guardaespaldas de Jamis, uno de los hijos de Jaddafi, sostiene sin embargo que el ex hombre fuerte de Libia consiguió huir a Sebha.
La cadena árabe "Al Jazeera" reportó asimismo que otro hijo de Jaddafi, Al Saadi, estaría dispuesto a entregarse a los rebeldes si le aseguran que podrá moverse libremente.
Al Saadi busca contactar al consejo de transición rebelde para negociaciones, según Al Yazira.
El presidente del Consejo Nacional de Transición, Mustafá Abdul Jalil, rechazó por otro lado acusaciones contra el líder militar insurgente Abdelhakim Belhash, calificado como "terrorista de Al Qaeda" por algunos observadores.
Según el diario "Qurayna", el hecho de que Belhash luchara en el pasado en Afganistán no es una prueba de que tenga vínculos con la red terrorista.
Sin embargo, también algunos libios laicos presentaron objeciones contra Belhash, al que consideran parte del grupo del islamista Ismail al Sababi de Benghazi.
Al Salabi está bajo sospecha de estar implicado en el asesinato del líder rebelde Abdulfattah Junis el pasado julio.