RÍO DE JANEIRO.- El estancamiento de las negociaciones entre las autoridades y los policías en huelga desde hace ocho días en el estado brasileño de Bahía hizo subir hoy la tensión en los alrededores del edificio en el que los uniformados están atrincherados, según el líder de los huelguistas.
Un día después de que ambas partes se levantaran de la mesa sin un acuerdo que el gobierno regional consideraba inminente, el Ejército reforzó su cerco a la sede de la Asamblea Legislativa de Bahía, en la histórica ciudad de Salvador, que fue tomada el martes de la semana pasada por un número aún desconocido de huelguistas.
"El movimiento (del Ejército) es diferente y por eso nosotros también nos estamos preparando", afirmó el líder de los huelguistas, Marco Prisco, en declaraciones por teléfono a una radio de Salvador.
Prisco dijo haber percibido un posicionamiento diferente de los cerca de 800 militares que cercan la edificación legislativa, especialmente por la llegada de más vehículos y del sobrevuelo de helicópteros, y dijo temer un posible enfrentamiento.
Tras las escaramuzas entre los militares y los policías en huelga de los primeros días del cerco, la situación se tranquilizó el martes e incluso los huelguistas le entregaron un pastel al general Marco Gonçalves Dias, comandante de la tropa enviada a Salvador, para festejar su cumpleaños.
Ello debido a que las negociaciones, en las que el arzobispo católico de Salvador, Murilo Krieger, medió, parecían avanzar satisfactoriamente y el gobernador de Bahía, Jacques Wagner, llegó a anunciar que estaban cerca de un acuerdo.
Pero la situación cambió tras el estancamiento de las negociaciones y los militares, además de reforzar el bloqueo, cortaron el suministro de energía eléctrica y suspendieron la autorización que habían concedido para que familiares les llevaran medicinas y alimentos a quienes permanecen en el interior de la Asamblea Legislativa.
Fuentes de la gobernación de Bahía dijeron que por ahora no está previsto que hoy se reúnan las partes, que están analizando las propuestas llevadas a la mesa.
El gobernador de Bahía, en declaraciones a redes de televisión, reafirmó la propuesta que le presentó a los huelguistas para reajustar los salarios inmediatamente en un 6,5 por ciento y concederles una serie de extras salariales hasta 2015 que eleven los sueldos hasta cerca del 30 por ciento reivindicado.
"Hicimos un esfuerzo muy grande para reservar los recursos destinados a cumplir esa oferta, ahora tan solo puedo esperar que cada policía entienda que el gobierno tiene un límite y que no puede frustrar a la población de la mayor fiesta popular del mundo (el Carnaval)", afirmó Wagner.
La huelga preocupa a las autoridades no sólo por el aumento de la inseguridad sino también por el posible impacto económico que puede tener en Salvador, ciudad que espera a decenas de miles de turistas para el carnaval que comenzará el 16 de febrero.
Salvador, además de uno de los principales destinos turísticos de Brasil y una de las sedes del Mundial de fútbol de 2014, organiza un carnaval que compite con el de Río de Janeiro.
Las negociaciones se estancaron por la falta de un acuerdo en torno a la amnistía reivindicada por los policías en huelga.
Desde que comenzó la huelga, además de un alto número de asesinatos, en Bahía se han registrado saqueos, asaltos y actos de vandalismo, que tienen a la población aterrorizada y a parte del comercio y a las escuelas cerradas.
La seguridad de Bahía fue reforzada con cerca de 3.000 miembros del Ejército y de la Fuerza Nacional de Seguridad procedentes de otros estados.