BALANDI.- Un grupo de rebeldes del Talibán atacó este martes a una delegación del gobierno afgano que visitaba una de dos aldeas en el sur de Afganistán, en las que un soldado estadounidense supuestamente mató a tiros a 16 civiles locales.
La delegación conversaba con las familias de las víctimas en la aldea de Balandi cuando escucharon los disparos, dijo Qayum Karzai, hermano del Presidente afgano y quien formaban parte del grupo.
Cientos de estudiantes participaron hoy en una numerosa protesta en el este de Afganistán por la matanza de 16 civiles a manos de un soldado estadounidense que eliminó a los pobladores mientras dormían.
La matanza ocurrida el domingo en la provincia de Kandahar ha provocado indignación generalizada en Afganistán. Pero no se han producido las protestas multitudinarias que se registraron el mes pasado cuando se supo que los soldados estadounidenses habían quemado ejemplares de su libro sagrado, el Corán.
La reacción menos airada podría ser el resultado de que los afganos están más acostumbrados a lidiar con muertes de civiles después de una que se prolonga desde hace diez años.
Pero los estudiantes que protestaban airadamente en una universidad de Jalalabad, 125 kilómetros (80 millas) al este de Kabul, estaban indignados.
"¡Muerte a Estados Unidos!" y "¡Muerte al soldado que mató a nuestros civiles", gritaba la multitud.
Algunos portaban una pancarta que pedía un juicio público para el culpable, a quien los oficiales esadounidenses han identificado como un hombre casado de 38 años, padre de dos niños, quien fue entrenado como francotirador y recientemente había sufrido una lesión a la cabeza en la guerra de Irak.
Otros manifestantes quemaban una efigie del Presidente estadounidense, Barack Obama.
"La razón por la que protestamos es por la matanza de niños inocentes y otros civiles por parte de este tirano soldado estadounidense", destacó Sardar Wali, un universitario. "Deseamos que las Naciones Unidas y el gobierno afgano juzguen públicamente a este hombre", agregó.
Obama ha manifestado su asombro y tristeza por la matanza, y expresado sus condolencias a las familias de las víctimas. Pero también ha manifestado que este terrible episodio no puede acelerar los planes para la retirada de las fuerzas extranjeras, pese a la creciente oposición en casa por la guerra de Afganistán.