EL CAIRO.- El Ejército egipcio se comprometió a volver a los cuarteles después de la elección del nuevo Presidente, pero podría tratarse de una falsa retirada, dado al peso político y económico de los militares, que ejercen el poder desde la renuncia de Hosni Mubarak, afirmaron algunos especialistas.
El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA), que dirige el país desde la caída del ex mandatario en febrero de 2011, aseguró que entregará el poder a fines de junio a más tardar al presidente electo en los comicios que se inician este miércoles.
Los militares consideran haber cumplido con su promesa de democratizar el país y subrayan la estabilidad relativa que ha reinado en Egipto desde el inicio de la "primavera árabe", comparado, por ejemplo, con lo ocurrido en la vecina Libia.
Para Hasan Nafaa, uno de los principales cronistas políticos del país, "el lugar que ocupará el la institución uniformada dependerá del presidente electo".
Si se trata de un dirigente que formó parte del antiguo régimen, como Amr Musa, ex jefe de la Liga Árabe, o el general retirado Ahmed Shafiq, ex primer ministro de Mubarak, "las fuerzas armadas seguirán jugando un papel importante", estimó Nafaa.
En cambio, uno de los principales candidatos islamistas, Abdel Moneim Abul Futuh, prometió que las fuerzas armadas se limitarán a las tareas de Defensa nacional.
Los islamistas Hermanos Musulmanes, que dominan el parlamento y presentan al candidato Mohamed Mursi, podrían dar mucha guerra a los militares, con los que mantienen una rivalidad histórica. No obstante, en los últimos meses, pese a su discurso crítico, su actitud fue más ambigua, por lo que cabe pensar que podrían transigir con los militares.
"El CSFA se considera el único actor con la experiencia, la madurez y la sabiduría necesarias para proteger al país", combinando "el interés nacional y sus propios intereses", estimó el International Crisis Group (ICG), una organización no gubernamental que busca la prevención y la resolución de conflictos armados
Ahora, "su objetivo es pasar a segundo plano, pero seguir actuando como un árbitro", agregó el ICG en un reciente estudio sobre las fuerzas armadas.
Las fuerzas armadas constituyen la columna vertebral del sistema egipcio desde que se acabó la monarquía, en 1952. Todos los presidentes del país han sido militares.
Revelaciones y debates que tuvieron lugar en estos últimos meses parecen indicar que los militares desean mantener en secreto su presupuesto, evitando, al menos parcialmente, que lo examine el parlamento.
También querrían poder influenciar la legislación relativa a temas militares y lograr algún tipo de inmunidad, con el fin de evitar que se pueda juzgar a oficiales, como ha ocurrido con Mubarak.
El amplio y opaco imperio económico de los militares comprende numerosas sociedades en sectores muy variados, como la construcción, la hotelería o el agroalimentario. Además, desde los acuerdos de paz de 1979 con Israel, Estados Unidos brinda al ejército egipcio una ayuda anual de 1.300 millones de dólares.