SYDNEY.- Australia comenzará a aplicar el 1 de julio un plan nacional para detectar signos de trastornos mentales en los menores a partir de los tres años, que se prevé beneficiará a unas 27 mil personas.
Pediatras y psicólogos decidirán qué niños con problemas de comportamiento son candidatos para entrar en este programa que parte con un presupuesto de once millones de dólares australianos (10,91 millones de dólares norteamericanos).
La mitad de los problemas mentales que padecen las personas comienza a manifestarse en la infancia, concretamente a partir de los tres años, según la Asociación Médica Australiana.
"Tenemos que tener mucho cuidado para no diagnosticar comportamientos normales. Este es el peligro real con los menores", señaló su presidente, Steve Hambleton.
Los diagnósticos que pueden suponer un trastorno mental grave son autismo, psicosis, esquizofrenia, paranoia, los de personalidad de tipo límite o antisocial, los generalizados del desarrollo y los afectivos graves.
Las personas que tienen 14 años o menos en Australia representan el 18,3% de los algo más de 22 millones de habitantes.