EL CAIRO.- El ex Presidente egipcio, Hosni Mubarak, está en coma, pero desconectado del ventilador artificial, mientras que su corazón y otros órganos vitales están funcionando.
Durante la noche los medios de comunicación estatales informaron que el ex mandatario de 84 años de edad, derrocado por el levantamiento del año pasado, sufrió un ataque y fue conectado al sistema de mantenimiento artificial. Más tarde fue trasladado a un hospital militar desde el hospital de la prisión de El Cairo donde recientemente comenzó a cumplir una sentencia de cadena perpetua.
Según funcionarios de seguridad, un equipo de 15 médicos se encuentra supervisando el estado de salud de Mubarak.
Los funcionarios hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a dar declaraciones a los medios de comunicación.
El corazón de Mubarak se detuvo al llegar al hospital militar ayer, había informado un funcionario de seguridad.
El estado grave del derrocado mandatario agrega un nuevo elemento de incertidumbre en momentos en que se inicia una potencial lucha explosiva por quién será su sucesor.
La agencia estatal MENA informó el martes que Mubarak, de 84 años, estaba "clínicamente muerto" cuando fue trasladado al hospital desde la prisión. Agregó que los médicos utilizaron desfibrilador varias veces en el ex mandatario.
Este suceso amenaza con convertirse en un nuevo capítulo de agitación y luchas políticas en Egipto a 16 meses del derrocamiento de Mubarak por una revuelta popular a favor de la democracia. Los egipcios no saben qué pasará con el ex mandatario, quién lo reemplazará o si su sucesor tendrá algún poder.
El equipo de campaña de Ahmed Shafiq, ex primer ministro de Mubarak, declaró el martes que su candidato ganó la elección presidencial y rechazó las declaraciones de victoria que hizo la Hermandad Musulmana a favor de su candidato Mohamed Morsi.
Unas 50.000 personas, la mayoría islamistas, protestaron en la plaza Tahir de El Cairo en apoyo a Morsi y contra los generales.
La comisión electoral anunciará los resultados finales el jueves y sin importar quién sea el ganador, es probable que el rival rechace los resultados y los considere un fraude. Si Shafiq es declarado ganador, esto podría desatar una respuesta negativa de la Hermanos Musulmanes, el grupo político más poderoso del país y que se opone a que el Ejército tenga más autoridad sobre el nuevo Presidente.