MANILA.- Miles de filipinos se manifestaron hoy en varias ciudades del país en una convocatoria de la Iglesia Católica para protestar contra el Gobierno por una propuesta de ley que busca facilitar el acceso a los métodos anticonceptivos.
Desafiando la lluvia y con camisetas rojas en señal de protesta, los manifestantes se congregaron bajo la imagen de la Virgen María en la emblemática avenida EDSA de Manila así como en otras ciudades del país para mostrar su rechazo a la controvertida Ley de Salud Reproductiva.
"Sí a la vida" o "En apoyo de la vida" se leía en muchas pancartas y carteles en Manila, donde la concentración tiene previsto culminar con una misa presidida por los representantes de la Conferencia Episcopal Católica de Filipinas.
La futura norma prevé políticas sobre planificación familiar y control de la natalidad, incluidas campañas para facilitar el acceso a preservativos y píldoras anticonceptivas, a lo que se opone rotundamente la jerarquía católica y los grupos pro-vida.
"No pararemos nuestras protestas y oraciones hasta que se retire la Ley de Salud Reproductiva. El Gobierno está equivocado, esta ley va en contra de nuestros derechos", declaró Eric Manalang, presidente de Pro-Life Philippines.
Los convocantes han elegido EDSA (Epifanio de los Santos Avenue) por su simbolismo, al haber sido el escenario de las multitudinarias manifestaciones que acabaron con el régimen del dictador Ferdinand Marcos en 1986 y del Gobierno de Joseph Estrada en 2001.
La manifestación encabezada por los obispos se produce además días antes de que el Senado filipino vote el próximo martes poner fin de las deliberaciones sobre la futura norma y proceder a las enmiendas, lo que aceleraría su aprobación.
La controversia sobre la planificación familiar ha ido en aumento en Filipinas debido a la beligerancia de la Iglesia Católica, que llegó a amenazar con excomulgar al presidente, Benigno Aquino, defensor de la medida.
El presidente, quien ha reiterado que no se arredrará ante las amenazas, ha ido esquivando el enfrentamiento directo con la Iglesia y ha mantenido un perfil bajo.
"Aprendí en la escuela católica que el último juez es nuestra conciencia. No busco ninguna pelea contra la Iglesia", se defendió Aquino.
Un informe hecho público por la ONU advertía de que el crecimiento económico de Filipina no favorecerá a los pobres hasta que haya una política de control de la natalidad en el país, cuyo índice de fecundidad es de 3,19 niños por mujer.
Además, varias agencias de Naciones Unidas han alabado la futura ley porque permitirá a las mujeres sin recursos limitar el número de hijos, mientras ahora llegan a tener más de 4 por falta de acceso a métodos anticonceptivos, y facilitará la lucha contra el sida.
"Más del 90 por ciento de las nuevas infecciones son debido a transmisión sexual. Esto ocurre por el sexo sin protección y cada vez son más jóvenes por la falta de acceso a información adecuada. Necesitamos esta ley", afirmó Teresita Bagasao, coordinadora de UNAIDS en Filipinas.
Sin embargo, muchos católicos y grupos pro-vida denuncian que la norma promoverá la promiscuidad sexual y abrirá la puerta a la legalización del aborto en el país.
Uno de sus más famosos detractores es el campeón mundial de boxeo Manny Pacquiao, que desde su escaño de congresista estrenado hace dos años se ha convertido en uno de los opositores más virulentos a esta iniciativa.
"Dios dijo 'creced y multiplicaos', no que tuviéramos sólo uno o dos niños", llegó a decir en una rueda de prensa.
En un país donde el 80 por ciento de la población es católica, los obispos han contribuido a que la presente propuesta de ley haya permanecido bloqueada en el Parlamento durante 17 años, aunque ahora se encuentra más cerca que nunca de hacerse realidad.