TIKAL.- En Tikal, Guatemala, miles de personas celebraron por más de 12 horas la llegada de un nuevo mundo, de un nuevo período. Fue casi majestuoso, sin que el mundo se acabara como muchos pensaban o creían. Aquí, una radiografía que ni los mayas pronosticaron:
1. El mundo no se acabó. El mundo no se acabó. El mundo no se acabó (bis).
2. Antes que todo empiece la celebración le hace un guiño a Chile y a Latinoamérica. Unas doscientas personas con orígenes mayas cruzan las escuetas barreras de seguridad y levantan carteles. “Nosotros estamos luchando para que el Gobierno nos escuche, para que respeten nuestros derechos y nuestras tierras. Llevamos mucho tiempo siendo discriminados”, dice Rómulo Florentino Toc, uno de los jóvenes que entre sus manos levanta la cartulina que reza NO MÁS DESALOJOS CAMPESINOS INDÍGENAS.
3. Tal cual inauguración de Juegos Olímpicos, el espectáculo empieza justo según lo programado. A las nueve de la noche aparece la primera persona caracterizada de maya y, para millones de televidentes, hace sonar el cuerno en la cima de la pirámide del Gran Jaguar. Así, se da inicio al show: bailes típicos, caracterizaciones del clásico “juego de la pelota”, un documental sobre Tikal, reverencias a los dioses. Todo transmitido por Televisa. El presidente de Guatemala está en primera fila.
4. Un grupo de jóvenes ingleses, tres hombres y una mujer, miran el espectáculo sentados en unas ruinas a unos 30 metros del escenario principal. Confiesan que hace dos horas consumieron LSD. Se miran la palma de las manos como si buscaran una nueva línea que les pronosticara el futuro. Se ríen. Disfrutan. Aún no es 21.
5. Es fácil pasearse entre el switch televisivo. Las cámaras y las múltiples docenas de cables no tienen seguridad. Es cosa de esperar unos segundos y ver cómo decenas de piernas se enredan en los cables y por poco los desconectan. Faltó un aventurero, un loco, para estropear todo.
6. Nadie se da cuenta de que ya es medianoche. Es 21 de diciembre y nada cambia. La locutora del show se despide, la música se apaga y toda la gente que miraba comienza a entrar a la plaza, igualito que cuando un equipo sale campeón: periodistas y fanáticos se mezclan y empieza el caos.
7. Presidente, para Chile, para Chile: ¿qué opina de las protestas que el pueblo maya se ha atrevido a hacer esta noche?
Las respeto, señor, queremos que todos estén felices.
8. Alex Montiel actuó en el espectáculo que transmitieron para todo el mundo. Él es parte de un ballet folclórico que colaboró con la puesta en escena: “Llevamos practicando tres meses para que todo salga perfecto. Y sí, es obvio, que la mayoría de los que actuaron aquí no son de origen maya”.
9. Ya son la 1:43 del 21D. Las luces dispuestas por la organización hacen ver a la pirámide del Gran Jaguar totalmente roja como hace miles de años, cuando los verdaderos mayas las habitaban. Algunas personas exigen que suene Pink Floyd; la verdad, es que el ambiente es apropiado. Suena la danza del venado.
10. De las cerca de cinco mil personas que permanecieron en Tikal durante toda la noche, casi la mitad está durmiendo. Son pasado las dos y media de la mañana. Hay carpas, personas en posición fetal tapadas por sábanas y algunos abrazados para capear un frío que realmente no existe. Otros, como los policías, se toman fotos frente a los templos. “Ha sido un día muy trabajado por la cantidad de gente. Eso sí, es mi primera vez aquí y uno igual disfruta. Hace dos días nunca pensé estar acá”, cuenta Antonio Méndez, miembro de las fuerzas especiales de la Policía Nacional Civil.
11. Se pasean por los templos; policías comparten cigarros con turistas; parejas en las ruinas no pierden el tiempo; Los Jaivas suenan a lo lejos en uno de esos parlantes a pilas; un rojo intenso aparece entre las pirámides de la Plaza Central; suena Pink floyd; se escuchan tambores; llantos; gritos; un suspiro; son las 4:38 y quedan sólo minutos para el primer amanecer del nuevo mundo.
12. “Yo pensé que iba a estar más alegre la noche”, dice una guatemalteca. Creyó que iba a estar más bakán. Y es que la información que hubo alrededor de este evento fue tan mala e imprecisa que alguna gente se pasó un buen rato, pero un buen rato, buscando a Chayanne entre el público. Y no es broma. Lo anunciaron por tevé.
13. Fueron 5200 años y mil y un teorías. Otro Baktún se acabó, el 13°. Ahora, a las 6:22 de la mañana, los descendientes directos de los mayas rodean un círculo de fuego en la tierra. Aún hay gente –que lleva más de 18 horas en Tikal- que baila alrededor de la luz. El mundo no se acabó, quizá, empezó otro nuevo. Quién sabe. Ojalá.