SANTIAGO.- Absolutamente ningún vecino llegó a sospechar de Ariel Castro (52), el sujeto de origen puertorriqueño que es dueño de la casa en la que permanecieron secuestradas por más de 10 años tres mujeres en Estados Unidos.
La increíble historia, además protagonizada por los hermanos de Castro, Pedro y Oneil, sorprendió a todos los residentes de la calle "Seymour Avenue", Cleveland, quienes describen al ciudadano latino como un "hombre normal", al que le gustaba la salsa y la música tropical.
"Los milagros realmente ocurren, Dios es bueno :)", fue el último mensaje que escribió en su muro de Facebook, en cuyo perfil además expresaba su pasión por la guitarra.
Los vecinos de los imputados aseguraron no haber notado nada raro en esa casa. Incluso, asegura uno de ellos, realizó varios asados en el patio trasero junto a su vecino, según consigna "El Mundo".
Pero lo más curioso de esta escabrosa historia es que el hijo de Ariel Castro (del mismo nombre), escribió en 2004 sobre la desaparición de Gina DeJesus, una de las tres mujeres desaparecidas.
"Yo no soy el único en el vecindario que se siente avergonzado al saber que no notamos nada. Tengo un peso en el corazón en este momento ", dijo uno de los vecinos, que se identificó como Juan Pérez, consiga el medio "News Channel 5"
Por su parte el tío de los sospechosos, Cesar Castro, propietario de un negocio ubicado en el mismo sector, aseguró estar "impresionado" con la noticia, enfatizando que Ariel era un "buen chico" y "que tocaba bien el bajo".
Detalles del secuestro
Poco se conoce hasta ahora de cómo es posible que estos sujetos hayan mantenido secuestradas a Amanda Berry, Gina DeJesus y Michelle Knight por tanto tiempo sin levantar la más mínima sospecha.
De acuerdo a los primeros antecedentes policiales, los hermanos Castro mantenían ancadenadas a sus víctimas.
Se espera que en las próximas 36 horas se presenten cargos contra ellos y las autoridades confirmen las identidades.
Amanda Berry, desaparecida en 2003, Gina DeJesus, en 2004, y Michelle Knight, en 2002, fueron encontradas después de que dos hombres acudieran ante los gritos de auxilio de una de ellas, rompieran parte de la puerta y llamaran a la policía.
Las tres se encuentran aparentemente en buen estado de salud, aunque han sido trasladadas a un hospital donde permanecen bajo observación.
Charles Ramsey y Ángel Cordero fueron los primeros en acudir a la casa para ayudar a liberar a Berry, que cuando desapareció en 2003 tenía 16 años. Berry apareció junto a una niña de 6 años, quien sería su hija. Sin embargo, la policía no ha revelado su identidad o relación con las personas en la casa.
En la conversación telefónica con la policía una desesperada y nerviosa Berry asegura: "He sido secuestrada, he estado desaparecida por 10 años. Estoy aquí, ahora soy libre".