KABUL.- Un centenar de manifestantes reclamaron este domingo la reapertura de las oficinas del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) que fueron atacadas el pasado miércoles en la ciudad de Jalalabad, en el este de Afganistán.
Según una fuente policial, la movilización se prolongó durante toda la mañana de forma pacífica y en ella participaron sobre todo personas con minusvalías que estaban siendo tratadas en el centro del CICR
El portavoz de la policía provincial de Nangarhar, Mohamed Hussain, afirmó que después del ataque en el que murió un guardia de seguridad y resultó herido un trabajador extranjero, el CICR anunció el cierre de la oficina de Jalalabad, el cese de las operaciones en Afganistán e instó a su personal a evitar cualquier tipo de desplazamiento.
La condena internacional a la acción terrorista cometida contra la organización humanitaria no se hizo esperar e incluso los talibanes negaron a través de un comunicado su implicación en el ataque o su apoyo al mismo.
En la nota, un portavoz talibán, Muhamad Yousaf Ahmadi, aseguró que entre sus objetivos militares no se encuentran "los civiles que sirven al pueblo" y que, por el contrario, lo que hacen es "protegerlos por el bien de la nación".
Casi doce años después de la invasión estadounidense que propició la caída del régimen integrista talibán y en pleno proceso de repliegue de las tropas extranjeras, la guerra afgana se halla en uno de los momentos más sangrientos.