La violencia continúa en las calles de Estambul.
AFP
ESTAMBUL.- La policía turca volvió a utilizar gases lacrimógenos y carros hidrantes para reprimir a decenas de miles de manifestantes que se habían congregado en la tarde este martes en la plaza Taksim, en el centro de Estambul, que según lo describió una emisora televisiva se convirtió en un "campo de batalla".
Decenas de miles de manifestantes acudieron en la tarde a la plaza, de donde se había retirado la policía tras haber entrado a primera hora para eliminar las barricadas de los opositores al gobierno.
Las fuerzas de seguridad volvieron a lanzar gases lacrimógenos contra la multitud. Por la noche se vieron ambulancias transportando a heridos, aunque no se sabe con exactitud cuántos habría. Imágenes televisivas mostraban a manifestantes que sacaban de la plaza a heridos u otras personas que cayeron por los ataques de la policía.
El gobernador de Estambul, Hseyin Avni Mutlu, declaró en la noche que pequeños grupos atacaron a los oficiles de seguridad, a pesar de que los efectivos se habían retirado a los costados de la plaza. El funcionario instó a la población a mantenerse lejos de las protestas.
Los manifestantes marcharon hacia el epicentro de las protestas siguendo una llamada de la plataforma Taksim, que criticó con dureza la actuación policial de la mañana.
Durante todo el día se habían registrado enfrentamientos entre los manifestantes y la policía. Algunos de los manifestantes se enfrentaron tirando piedras y cócteles molotov contra los vehículos policiales.
Por su parte, el primer ministro del país, Recep Tayyip Erdogan, defendió la operación. En un discurso ante diputados de su partido islámico-conservador AKP en Ankara agradeció a la cúpula de la policía y acusó a los manifestantes de vandalismo y de causar enormes daños en las protestas de las últimas dos semanas.
Se trata de un intento con apoyo desde el extranjero para doblegar a Turquía económicamente y asustar a los inversores, afirmó Erdogan.
Las fuerzas avanzaron a primera hora desde el barrio de Besiktas y tras ocupar la plaza retiraron con palas mecánicas las barricadas levantadas por los participantes en la protesta. Fue la primera vez que la policía volvía al lugar desde el 1 de junio, cuando el uso de la violencia para reprimir a los manifestantes causó indignación internacional y llevó a las autoridades a retirar a los agentes.
Los manifestantes del cercano parque Gezi se distanciaron de los violentos que atacaron a la policía y dijeron que se trata de provocadores enviados por las propias fuerzas del orden.
Las protestas comenzaron hace más de una semana en el parque Gezi, adyacente a la plaza, donde los manifestantes trataban de frenar un proyecto para construir un centro comercial.
Sin embargo, tras la represión policial las manifestaciones se extendieron a todo el país y de manera general contra el gobierno del primer ministro Erdogan, a quien acusan de dirigir la nación de forma autoritaria e intentar imponer a todos un estilo de vida religioso. Tres personas murieron hasta ahora en las protestas en toda Turquía.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, instó hoy a todas las partes en conflicto a la tranquilidad y el diálogo. Ban sigue de cerca los acontecimientos en Turquía, aseguró su portavoz Martin Nesirky en Nueva York. El vocero indicó que el secretario general sabe lo importante que es resolver los problemas a través del diálogo.
"Las protestas deberían ser pacíficas y el derecho de reunión y la libertad de expresión deben ser respetados, ya que son principios fundamentales de un Estado democrático", añadió.