RÍO DE JANEIRO.- El Papa Francisco recomendó este sábado un "diálogo constructivo" ante las protestas sociales que han sacudido Brasil desde junio, en un discurso ante la clase dirigente brasileña ante un Teatro Municipal colmado.
"Entre la indiferencia egoísta y la protesta violenta, siempre hay una opción posible: el diálogo", afirmó ante políticos y representantes de la sociedad civil.
"El futuro nos exige una visión humanista de la economía y una política que logre cada vez más y mejor la participación de las personas, evite el elitismo y erradique la pobreza", sostuvo el Pontífice.
Hartos de la corrupción rampante en la política brasileña, la pésima calidad del transporte, la salud y la educación públicas y los millonarios gastos comprometidos para el Mundial de fútbol de 2014 en Brasil, más de un millón de personas -sobre todo jóvenes- se volcaron a las calles de todo el país en junio, en protestas que terminaron muchas veces en enfrentamientos violentos con la policía, saqueos y destrozos.
Ante líderes de las mayores comunidades religiosas de Brasil, el país con más católicos del mundo, el pontífice defendió asimismo la laicidad del Estado, en una inusual declaración.
"La convivencia pacífica entre las diferentes religiones se ve beneficiada por la laicidad del Estado, que, sin asumir como propia ninguna posición confesional, respeta y valora la presencia del factor religioso en la sociedad favoreciendo sus expresiones concretas", dijo.
Rompiendo con el protocolo, Francisco abrazó calurosamente a un joven ex drogadicto -que creció en una favela y hoy es profesor de historia- que habló en nombre de la sociedad civil.
Mientras la Iglesia católica pierde fieles en Brasil desde hace tres décadas, los evangélicos crecen, incluso a nivel político y actualmente cuentan con una poderosa bancada en el Congreso, con 73 diputados.