NAIROBI.- Cuatro personas han muerto en un ataque perpetrado en Kenia por la milicia islamista somalí Al Shabab contra una comisaría de policía en el condado de Garissa (este), fronterizo con Somalia.
Según informó este sábado la Cruz Roja keniana en su portal de internet, el ataque ocurrió este viernes por la noche y "causó cuatro muertos en (la localidad de) Galmagala".
El ataque, que se atribuyó Al Shabab, provocó la huida de "cientos" de residentes de Galmagala que se refugiaron en una zona boscosa cercana porque temían más violencia, agregó la Cruz Roja.
Al parecer, los atacantes arrojaron granadas que estallaron en varias viviendas dentro del recinto policial.
En su cuenta de la red social Twitter, la milicia se responsabilizó del atentado y aseguró haberse apropiado de "docenas de armas y equipos de comunicación" durante la invasión de la comisaría.
Desde el año pasado, Garissa ha sido objeto de numerosos ataques -muchos efectuados mediante el lanzamiento de granadas- que la Policía de Kenia suele atribuir a simpatizantes de Al Shabab.
Kenia está bajo amenaza terrorista y ha sufrido múltiples ataques desde que en octubre de 2011 su Ejército entró en Somalia por una oleada de secuestros en suelo keniano de los que culpó a los fundamentalistas islámicos somalíes.
La milicia, que en 2012 anunció su adhesión formal a la red terrorista Al Qaeda, controla amplias zonas del centro y el sur de Somalia, donde el frágil Gobierno somalí todavía no está en condiciones de imponer su autoridad.
Las tropas de la Misión de la Unión Africana (AMISOM), el Ejército somalí, las fuerzas etíopes y milicias progubernamentales combaten a los radicales, que tratan de instaurar un Estado islámico de corte wahabí en el país.
Somalia vive en un estado de guerra civil y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, lo que dejó al país sin un gobierno efectivo y en manos de milicias islamistas, señores de la guerra y bandas de delincuentes armados.